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Aseguran que hay un nuevo paradigma para darle pelea a las malezas

En el marco del congreso de AAPRESID, Summit Agro estará presentando FIERCE, un herbicida que tiene como principio activo al Flumioxazin pero que le suma una gran novedad en el mercado.

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Por Infocampo

Desde el glifosato, hace casi 30 años, no había aparecido ninguna familia nueva de herbicidas. Pero ahora en Japón descubrieron la Tecnología AXEEV que la compañía japonesa Summit Agro ya tiene en la Argentina y que se hará sentir en el vigésimo quinto Congreso de Aapresid. Será una herramienta clave para rotar principios activos y enfrentar el grave problema de malezas resistentes.

“Claramente se ha abusado durante muchos años de algunos modos de acción herbicidas, como el glifosato y los ALS, y por eso tenemos hoy tantas malezas resistentes y tolerantes a ellos. El manejo debe cambiar sí o sí”, sentencia Daniel Tuesca, uno de los principales “malezólogos” argentinos.

El experto, de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), recuerda que una de las preocupaciones más graves de la actualidad es el Amaranthus spp. (yuyo colorado), para cuyo control el glifosato y los ALS ya no dan resultados satisfactorios.

Al mismo tiempo, Tuesca precisa que sí funcionan bien los herbicidas en base a PPO, una familia química que no tiene todavía muchos casos registrados de resistencia a nivel mundial.

Marcos Mares, vicepresidente de SummitAgroJustamente, en el marco del congreso de AAPRESID, Summit Agro está presentando FIERCE, un herbicida que tiene como principio activo al Flumioxazin (un PPO), pero que le suma una gran novedad en el mercado, el Pyroxasulfone, que pertenece a una nueva familia química proveniente de Japón (las Isoxazolinas).

Entre ambos componentes se obtiene un  amplio espectro de control de malezas de hoja ancha y gramíneas anuales, lo que resulta de suma importancia de cara a la siembra de maíz y soja que se viene.

Los productos que contienen Pyroxasulfone integran lo que la compañía, de origen japonés, denomina Tecnología AXEEV, y que en los próximos años será incorporada a muchos otros productos.

En el caso del lanzamiento actual, posibilita un excelente control de malezas aún en lotes con alta infestación y con especies difíciles, explica Marcos Mares, vicepresidente de la compañía.

Y agrega un dato clave: que desde principios de los años 90, con el glifosato, no había aparecido ninguna nueva familia de herbicidas y que, por eso, la Tecnología AXEEV constituye una gran novedad.

El ejecutivo detalla que FIERCE tiene una acción foliar (sobre las hojas de la maleza), una posicional (sobre el suelo, impidiendo la emergencia de nuevas plántulas) y una tercera sobre las raíces (AXEEV Technology).

“Se logra un mayor control, lo cual redunda en que la inversión realizada sea más eficiente, mejorando así la rentabilidad y sustentabilidad del sistema”, explica Mares.

Por su parte, Tuesca afirma convencido que deben utilizarse mezclas de principios activos que tengan similar poder residual, porque si uno tiene mucho más que el otro, finalmente termina actuando uno solo y, así, se favorecen las chances de generar resistencia.

En el caso de FIERCE, que se aplica en presiembra, sus dos modos de acción tienen una residualidad pareja, que la lleva a entre 50 y 80 días y la posiciona como la mayor del mercado.

Para el “malezólogo” de la UNR, más allá de las tecnologías, es central adoptar las prácticas de manejo necesarias, incluso para proteger la eficacia de estas mismas tecnologías.

“Venimos de una larga época sin rotaciones… ni de cultivos ni de principios activos… y es bueno que ahora se empiece a mezclar, en todos los sentidos”, manifiesta.

Este concepto aplica también a los PPO, explica el científico. “Constituyen una gran herramienta, pero si se usan mal terminarán también manifestando resistencia. Por eso, hay que protegerlas, y eso se hace recurriendo a las mezclas”, precisó.

En ese contexto, Mares da algunos datos que grafican cuánto creció el problema de las malezas tolerantes y resistentes en la Argentina y la necesidad de cambios urgentes en la manera de enfrentar el problema.

El mercado de herbicidas que no son glifosato se multiplicó por cinco  en los últimos 10 años, pasando de 200 millones de dólares a 1.000 millones de dólares. “En 2010 había tres malezas resistentes y ahora hay 28”, resume el hombre de la compañía japonesa.

Por su parte, Tuesca está convencido de que la toma de decisiones agronómicas debe profesionalizarse mucho más.

“Los productores y técnicos deben recabar cada vez más información sobre los productos que van a utilizar, porque puede haber productos parecidos pero que uno sea mejor para una circunstancia de suelo o climática que otro”, ejemplifica el experto.

“No hay que decidir por el precio. No puede ser el único factor ni el más importante. Eso puede llevar a elegir el producto equivocado y a cometer errores sumamente graves”, alerta desde Zavalla, la sede de Facultad de Agronomía de la UNR.

Para cerrar, Tuesca reconoce que uno de los grandes problemas que existen hoy es que a la gente le cuesta adoptar el cambio conceptual que es necesario. Y lo dice con todas las letras: “Todavía se pretende seguir manejando a las malezas como se hacía con el glifosato, y eso es, aunque muchos no lo quieran entender, imposible”.