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Guardianes del tordo amarillo: los voluntarios que se ofrecen a salvar la especie

Así lo indico el CONICET ya que en Argentina, se estima que quedan apenas 600 ejemplares. Investigadores del organismo, junto con ambientalistas, aficionados y técnicos gubernamentales; colaboran en un proyecto para monitorear su supervivencia y aumentar las poblaciones.

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Por Infocampo

Hace unos días el CONICET dio a conocer, a través de un informe, la necesidad que tienen los tordos amarillos de aumentar su población ya que son aproximadamente 600 los ejemplares que quedan en el país.

La especie también se encuentra en otros países de Sudamérica, pero todas sus poblaciones están diezmadas y cada vez es menos frecuente verla en paisajes en los que abundaba décadas atrás.

Para evitar que desaparezcan las colonias remanentes, en las provincias de Corrientes y Entre Ríos, investigadores del CONICET está ejecutando una campaña de rescate de la que también participan ambientalistas, aficionados y técnicos de organismos estatales.

Indicaron que desde hace tres años, se convirtieron en “los guardianes del tordo amarillo” y cada temporada, acampan durante más de dos meses en sus sitios de reproducción para proteger sus nidos y conocer más acerca de sus hábitos.

La alianza para custodiar a los tordos amarillos en Argentina comenzó a gestarse en 2014 y uno de sus impulsores fue Adrián Di Giacomo, el investigador adjunto del CONICET en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE).

“El proyecto busca no sólo cuidar y preservar las poblaciones que quedan, sino que también apunta a obtener más datos acerca de cómo viven y cómo se reproducen estos pájaros, que décadas atrás eran muy abundantes en toda la región mesopotámica, pero que ahora se ven con muy poca frecuencia”, detalló.

Después de tres años de campañas, en las que los grupos se adentraron en terrenos donde identificaron colonias y acamparon durante meses para acompañar de cerca el período reproductivo de las aves, el proyecto comenzó a obtener buenos resultados.

Sin embargo, según informó el CONICET, advierten que será necesario mantener estos manejos intensivos al menos durante una década, a fin de lograr un aumento significativo en las poblaciones y una recopilación adecuada de datos que permitan para conocer la dinámica de la especie.

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Fuente: CONICET

Una especie vulnerable

Una de las principales causas que afectaron a estas aves es la pérdida de su hábitat. “Son pájaros típico de pastizales y muchas de las zonas en las que se encontraban esos ecosistemas ahora están ocupadas por arroceras, por plantaciones de especies forestales o por campos destinados a la ganadería”, señala Di Giácomo, quien se radicó hace más de una década en Corrientes para montar un Laboratorio de Biología de la Conservación en el CECOAL.

Además de la degradación de su ambiente, el tordo amarillo también está expuesto a la depredación por parte de otras especies, incluso de algunas muy similares, como el tordo renegrido. Esta ave tiene un ritmo de crecimiento más rápido, por lo que que parasita los nidos, monopoliza el alimento e impide el crecimiento de los pichones. También se han reportado casos de caza ilegal para la venta como ave de jaula.

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Fuente: CONICET

Por otro lado, fueron más de 80 personas las que han colaborado durante los tres años que lleva el proyecto. La tarea de los guardianes es clave para lograr que la reproducción sea exitosa en cada una de las colonias identificadas.

En cada temporada, que se extiende de octubre a diciembre, se realizan recorridas de más de 10 mil kilómetros en las provincias de Corrientes y Entre Ríos para detectar los puntos estratégicos a custodiar. Una vez identificados, los guardianes acampan durante varias semanas, instalan protecciones, colocan cámaras trampa y siguen de cerca lo que pasa en cada uno de los nidos.

Además de los investigadores y becarios del CONICET que coordinan esta iniciativa, también participan estudiantes de distintas universidades de la región, miembros de la asociación Aves Argentinas, Clubes de Observadores de Aves y técnicos de las direcciones de Recursos Naturales de los gobiernos de Corrientes y Entre Ríos. También se cuenta con apoyo de instituciones como la Administración de Parques Nacionales o la Entidad Nacional Yacyretá, que aportan recursos para distintas instancias.