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Nació el nuevo Baluarte de la Miel Silvestre del Pueblo Wichí

Slow Food y el FIDA trabajan con los jóvenes indígenas para defender y promover su patrimonio alimentario. Los detalles.

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Por Infocampo

Slow Food y el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola) trabajan juntos para fortalecer a las comunidades indígenas, en particular a los jóvenes, protegiendo y promoviendo su patrimonio alimentario y apoyando la sostenibilidad y la resiliencia de sus prácticas.

Según indican, gracias al proyecto “Empoderar a los jóvenes indígenas y a sus comunidades para defender y promover su patrimonio alimentario”, se involucrarán 300 jóvenes de pueblos originarios y a más de 500 productores/as indígenas de los Baluartes Slow Food y de las redes Terra Madre Indígena y FIDA.

Los países involucrados son: Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador,México y Kenia.

Informaron que se fortalecerán cinco Baluartes indígenas existentes y se crearán cinco nuevos Baluartes. De estos diez Baluartes, dos serán seleccionados para la creación de un sistema que mejore e incremente la comercialización de los productos de los pueblos indígenas, mientras se exploran nuevas formas de etiquetado o sistemas de garantía participativos.

Miel Silvestre del pueblo wichi

La creación del nuevo Baluarte de la Miel Silvestre del pueblo Wichí en Argentina, fue posible gracias a la participación de la comunidad wichí de Larguero.

Aseguran que los Wichí siempre han vivido en la zona árida del Chaco central, caracterizada por la escasez de lluvias durante la mayor parte del año y las lluvias intensas en noviembre. Allí recolectan y comercializan miel silvestre y, desde hace algún tiempo, han iniciado una primera experiencia de promoción del producto en Buenos Aires, en tiendas de comercio justo y a través de grupos de compra solidarias.

Objetivos

El objetivo del Baluarte es poner en red a productores, cocineros y gastrónomos, especialistas e instituciones interesados en preservar y valorizar los productos espontáneos recogidos por la comunidad de Larguero, así como el conocimiento, la cultura y las tradiciones de los Wichí. Se mejorarán las técnicas de recolección de la miel, las condiciones higiénicas de las instalaciones de prensado y filtrado y se reforzará la comercialización del producto. Se prestará mucha atención a la inclusión de los jóvenes wichí en los procesos de toma de decisiones y de producción.

En una segunda fase el Baluarte, en el que actualmente participan unas cincuenta personas, miembros de diez familias de la comunidad de Larguero, se extenderá a otras comunidades.

“La creación del Baluarte Miel Silvestre Wichí, es un reconocimiento muy importante, que nos da ganas de seguir trabajando aun con más ímpetu y que nos hace entender que todos los esfuerzos pasados valieron” afirmó Juan Pearson, Coordinador del Baluarte. “La recolección de miel es una actividad ancestral de los Wichí: la miel fue, es y será uno de los componentes de la dieta del Pueblo Wichí, y las técnicas de recolección siguen transmitiéndose de generación en generación.