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El fértil negocio de las lombrices

Con $ 700 de inversión inicial, en 6 meses los productores obtienen $ 4.600 a partir de la venta del humus producido por lombrices californianas. La actividad sigue creciendo.

Con $ 700 de inversión inicial, en 6 meses los productores obtienen $ 4.600 a partir de la venta del humus producido por lombrices californianas. La actividad sigue creciendo.
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Por Infocampo

Desde hace unos años, la lombricultura se ha convertido en uno de los emprendimientos de atracción para los grupos familiares con terreno y mano de obra disponible. Con una inversión total de 700 pesos, y en una primera etapa que oscila entre los 6 y los 8 meses, se pueden obtener 2 mil kilos de humus -excremento orgánico de las lombrices que se emplea como fertilizante- con un valor en el mercado de 4.600 pesos.

Norman Díaz es titular de una firma de Esquel. Su empresa provee a los nuevos productores 5 núcleos con 50 mil lombrices, con los cuales obtienen en una primera etapa 2 mil kilos de humus que le compran a razón de 2,30 pesos. “En segunda instancia, el productor empieza a producir en mayor escala y puede llegar a hacer 3 producciones en el año”, explicó Díaz. Porque una vez iniciada la producción, la lombriz se reproduce rápidamente, poniendo un huevo cada diez días del que nacen entre 7 y 22 crías.

La idea de la empresa de Díaz -que asesora a 450 productores en todo el país- es crecer en la provincia de Buenos Aires. Para ello ha ofrecido sus conocimientos sobre la actividad a los municipios. En ese sentido, por estos días comienzan a trabajar en el basural de Laprida junto con la municipalidad, a la que dotarán de las lombrices necesarias para producir humus. “El municipio pondrá el dinero para comprar el horno pirolítico, que quema los desechos patógenos sin contaminar el ambiente, y una vez que esté lista la producción nosotros recibimos el 50 % del humus y el municipio se queda con la otra mitad, que utiliza para fertilizar espacios verdes dentro de la ciudad”, dijo Díaz.

En poco tiempo más, cunicultores de la localidad de La Plata comenzarán a trabajar con lombrices sobre estiércol de conejo.

“El estiércol de caballo, vaca y otros animales resulta ideal para el humus porque tiene alto contenido de nitrógeno. Si bien en el país el uso de humus no está extendido, Díaz destacó que este abono no contamina y aporta buenas cantidades de nitrógeno. “Además, luego de dos años de trabajar la tierra con humus ésta se convierte en orgánica, y por cinco años no es necesario aplicarle más”.

Milva Beloso

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