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La biotecnología después de la transgenia

Entrevista a Martín Lema, director de Biotecnología del Minagri. Por Javier Preciado Patiño.

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Por Infocampo

En las últimas semanas, el Ministerio de Agricultura de la Nación emitió varias resoluciones vinculadas a los Organismos Vegetales Genéticamente Modificados (OVGM).

El Dr. Martín Lema, director de Biotecnología de la cartera, accedió a compartir con Infocampo las implicancias de estas decisiones, que se alinean con las nuevas tecnologías que están desembarcando en el mejoramiento genético.

-Una resolución establece un mecanismo para saber si una tecnología de mejoramiento debe considerarse o no dentro del actual marco regulatorio para los OVGM. ¿Por qué se toma esta decisión?-Desde el Ministerio identificamos que existen nuevas técnicas para el mejoramiento de los cultivos (NBT) pero que en el producto final no son exactamente organismos vegetales genéticamente modificados tal como se define en la normativa.

Hay países como la UE, los EE.UU., Canadá o Nueva Zelanda, que ya están realizando consultas y actualizando su normativa para ver qué se hace con estos productos, a la luz de los marcos regulatorios existentes.

-¿Qué diferencias habría entre un OVGM y uno logrado por estas NBT?

-Entre otras, que el cambio en la genética tiene distinta magnitud. En el transgénico se inserta un gen completamente nuevo y diseñado por el hombre. En el otro extremo tenemos las mutaciones espontáneas, o inducidas por radiación o químicos, que no pasan por el sistema regulatorio de los transgénicos. Con las NBT los productos quedan en el medio de estos dos extremos, entonces hay que analizar caso por caso si es un OVGM o una planta obtenida por mejoramiento convencional.

-En el mundo, ¿ya hay productos obtenidos por estas NBT?-Sí. Hay casos en los EE.UU. donde algunos ingresaron al sistema regulatorio para transgénicos y otros no. En otros países no sabemos qué está pasando, porque queda librado al criterio del desarrollador, mientras que acá es obligatorio que todos ingresen al sistema.

-¿Ya tienen solicitudes de este tipo?-Sí, hubo consultas, y ahora con la normativa específica esperamos que se formalicen. 

-¿Es posible esperar que de acá a cinco o diez años, la transgenia sea una tecnología ya perimida?

-No, yo creo que va a haber coexistencia. Estas NBT tienen ventajas, pero también desventajas respecto de la transgenia y, dependiendo del caso, los técnicos utilizarán un método u otro, de la misma forma que hoy la transgenia no reemplazó al mejoramiento tradicional.

-Dentro de lo transgénico, ¿el sistema de la pistola génica sigue vigente o hay tecnologías más precisas?-Las hay, pero también son más caras. Hay tecnologías que te llevan la modificación genética a un punto determinado o que permiten hacerlo con una modificación más pequeña, pero tienen más complicaciones técnicas y solo se utilizan cuando se justifica. Por ejemplo, el cañón génico es muy preciso introduciendo el gen en el cloroplasto, pero lo hace al azar en el núcleo de la célula.

-Una de estas nuevas NBT es la edición génica, ¿qué es grosso modo, y cómo entra en lo regulatorio?

-Es un término amplio que en este contexto se usa para definir una técnica por la cual se introduce una enzima, que busca un lugar específico del ADN y en ese lugar genera un cambio de unos pocos nucleótidos. Este cambio puede ser una pequeña mutación o una supresión, así que el efecto en el producto final que se usará en la agricultura es comparable, en algunos casos, a un mutante.

-Otra resolución tiene que ver con establecer un orden de prioridades para la desregulación de OVGM.-Surge porque el sistema de evaluación reúne tres análisis técnicos independientes, que tienen sus tiempos y eso confluye en el secretario de Agricultura. La idea era tener una normativa que estableciera en qué orden considerar las solicitudes. La normativa está en vigor, pero creemos que el orden estará listo en el plazo de seis meses.

-¿Qué cantidad de productos de la biotecnología están esperando la desregulación?

-Considerando que hay casos en donde las solicitudes se fusionan y otras se abandonan, rondaríamos los doce. La lista formal es más larga, no menos de diez y no más de 18.

-¿En este grupo hay eventos para cultivos distintos de maíz y soja?

-Sí, pero soja y maíz son los cultivos más ofertados en biotecnología. Por eso, parte del rol del Estado es equiparar un poco las cosas y que la biotecnología esté disponible para más cadenas y más productores. Tenemos la papa resistente a virus, que recientemente recibió la aprobación de Conabia, pero tenemos productos en trigo, en cártamo, en caña de azúcar, en alfalfa y hasta en arroz.

-Ha trascendido la posibilidad de un desarrollo conjunto biotecnológico con China. ¿Nos podrías adelantar algo al respecto?-Existen planes entre empresas biotecnológicas de la Argentina y de China, de desarrollar eventos, arrancando por la soja, en forma conjunta, combinando tecnología de los dos países. Además de combinar dos desarrollos en un solo producto, esta alianza es interesante porque facilitaría la desregulación de la tecnología en China; sería como tener un colaborador dentro del propio sistema productivo chino.

-También se habló de la importancia de sincronizar la liberación de eventos con Brasil.

¿Hubo avances en este plano?-No se avanzó en ningún mecanismo de cooperación que fuerce condiciones de simultaneidad. Obviamente, cuando algo está aprobado en Brasil es factible considerar que no habría problemas en la Argentina y viceversa. De todos modos está en consideración avanzar en un mecanismo, pero todavía no hay nada concreto como para anunciar.

-El año pasado la FAO reconoció a la Conabia como centro de referencia en bioseguridad. ¿Hubo alguna consecuencia concreta de eso?

-En este momento estamos en tratativas con un país asiático, uno africano, uno centroamericano y otro del Caribe, para prestarles colaboración en el marco de este convenio. Esto implicaría que gente nuestra vaya a esos países o bien recibir a sus técnicos, para colaborar en reforzar sus marcos regulatorios sobre bioseguridad de los OVGM. Aunque no se puede anunciar, ya estamos en contacto con las autoridades específicas de esos países.

-¿Cuál es tu expectativa sobre la llegada de más biotecnología en los próximos años?

-Prevemos que habrá una intención de ofertar productos biotecnológicos de distinto tipo, no solo OVGM, y en base a ello estamos adecuando el marco normativo para poder evaluarlos para que el productor argentino pueda disponer de estas tecnologías en tanto sean seguras y eficaces.

-¿Estás viendo que en los próximos años haya productos de organismos públicos y universidades?

-Creo que va a haber una oferta básica de productos desarrollados por el sector público. En Brasil, Indonesia, Cuba, Bangladesh, China, la India han o están desregulando productos obtenidos desde el sector público. En la Argentina está por ocurrir, como la papa de Tecnoplant, las cañas de azúcar de las experimentales Obispo Colombres y Santa Rosa, los productos de Indear. Así que preveo que vamos a tener OVGM desarrollados en el país. Qué cuota tendrán del mercado dependerá de cuán eficaces son y qué estrategia comercial se utiliza para venderlos.

-¿El Inta está llevando algo para desregular?

-Tiene eventos en Fase I o experimental a campo, pero no tiene ninguno en Fase II o desregulación comercial. Tiene productos que podría presentar, pero formalmente no lo ha hecho.

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