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Argentina: el desafío de ser el segundo en biotecnología

En un escenario cada vez más competitivo, la Argentina deberá enfrentar el desafío de conservar el segundo puesto como productor de cultivos biotecnológicos.

En un escenario cada vez más competitivo, la Argentina deberá enfrentar el desafío de conservar el segundo puesto como productor de cultivos biotecnológicos.
infocampo
Por Infocampo

Al cumplirse la primera década del desarrollo comercial de los cultivos biotecnológicos, la Argentina logró un lugar para nada deleznable: ocupa el segundo puesto en la tabla mundial de países productores después de los Estados Unidos, y en esta segunda etapa que se inicia deberá afrontar el desafío de conservar este rango con rivales que también quieren despuntar.

“La Argentina tiene 17 M de ha con cultivos biotecnológicos, ocupa 20% de la superficie mundial en el 2005; pero también Brasil será número uno en los próximos cinco años con la producción de soja biotecnológica”, señaló Clive James, presidente y fundador del Servicio Internacional para la Adquisición de las Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), en una conferencia organizada ayer por el Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (Argen Bio).

El especialista destacó que nuestro país tendrá que preocuparse por regularizar la normativa referida a la propiedad intelectual y que lo importante es que la investigación se realice, independientemente de cuál sea la fuente originaria pública o privada.

“El desarrollo más espectacular que tuvo el sector agropecuario en los últimos años fue en biotecnología, que en una década acumuló más de 400 M de t, cuando inicialmente fue de 1,7 M de t. En este contexto, los países en desarrollo de Latinoamérica y Asia se están acercando a los países industrializados. Los primeros crecieron 23% respecto de los segundos, que lo hicieron 5%”, agregó James, quien se formó como ingeniero agrónomo en la Universidad de Gales y luego se doctoró en Cambridge.

La grilla de los más importantes la integran los Estados Unidos, con 49,8 M deha; la Argentina, con 17,1 M de t; Brasil, que tiene 9,4 M de t; Canadá, con 5,8 M de t; China, 3, 3 M de t; Paraguay, 1,8 M de t, y la India, con 1,3 M de t.

El uso de esta tecnología tuvo amplios beneficios, según datos a nivel mundial del titular del ISAAA. Se logró mejorar la productividad de 5% a 40% y obtener ganancias que llegan a los u$s27 billones en el período 1996-2004. Además de los réditos económicos, James afirmó que hay otras ventajas ambientales. “Al mejorar la productividad por unidad de superficie, se podría reducir la deforestación (hoy se pierden 13 M de ha) y también el uso de pesticidas que en 10 años alcanzó las 172.000 M de t. Por otra parte, se ayudaría a evitar la erosión de los suelos y conservar la humedad, principal problema del Cono Sur”.

El compromiso de disminuir la pobreza

“La biotecnología puede contribuir, pero no solucionar, el problema de la pobreza, que creo que es lo más grave en el orden mundial, más aún que la contaminación. Todos los días se mueren 24.000 personas por hambre o 1.000 por hora”, dijo James y recordó que los países se comprometieron a reducir la pobreza 50% en los próximos años.

De acuerdo con datos del especialista, el mal aqueja a 1,3 billones de personas y a otras 850 millones, que se encuentran en estado de mal nutrición. El problema se concentra en el continente asiático, que encabeza el promedio más alto con 400 millones de pobres, le sigue África con 250 millones y Latinoamérica con 50 millones; el resto se distribuye en el mundo. “Lo llamativo de este dato -manifestó James- es que 60% de ellos son productores y muchos de ellos no son propietarios de la tierra”, concluyó.

Alexia Giménez

agimenez@infocampo.com.ar

En un escenario cada vez más competitivo, la Argentina deberá enfrentar el desafío de conservar el segundo puesto como productor de cultivos biotecnológicos.
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Por Infocampo

Al cumplirse la primera década del desarrollo comercial de los cultivos biotecnológicos, la Argentina logró un lugar para nada deleznable: ocupa el segundo puesto en la tabla mundial de países productores después de los Estados Unidos, y en esta segunda etapa que se inicia deberá afrontar el desafío de conservar este rango con rivales que también quieren despuntar.

“La Argentina tiene 17 M de ha con cultivos biotecnológicos, ocupa 20% de la superficie mundial en el 2005; pero también Brasil será número uno en los próximos cinco años con la producción de soja biotecnológica”, señaló Clive James, presidente y fundador del Servicio Internacional para la Adquisición de las Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), en una conferencia organizada ayer por el Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (Argen Bio).

El especialista destacó que nuestro país tendrá que preocuparse por regularizar la normativa referida a la propiedad intelectual y que lo importante es que la investigación se realice, independientemente de cuál sea la fuente originaria pública o privada.

“El desarrollo más espectacular que tuvo el sector agropecuario en los últimos años fue en biotecnología, que en una década acumuló más de 400 M de t, cuando inicialmente fue de 1,7 M de t. En este contexto, los países en desarrollo de Latinoamérica y Asia se están acercando a los países industrializados. Los primeros crecieron 23% respecto de los segundos, que lo hicieron 5%”, agregó James, quien se formó como ingeniero agrónomo en la Universidad de Gales y luego se doctoró en Cambridge.

La grilla de los más importantes la integran los Estados Unidos, con 49,8 M deha; la Argentina, con 17,1 M de t; Brasil, que tiene 9,4 M de t; Canadá, con 5,8 M de t; China, 3, 3 M de t; Paraguay, 1,8 M de t, y la India, con 1,3 M de t.

El uso de esta tecnología tuvo amplios beneficios, según datos a nivel mundial del titular del ISAAA. Se logró mejorar la productividad de 5% a 40% y obtener ganancias que llegan a los u$s27 billones en el período 1996-2004. Además de los réditos económicos, James afirmó que hay otras ventajas ambientales. “Al mejorar la productividad por unidad de superficie, se podría reducir la deforestación (hoy se pierden 13 M de ha) y también el uso de pesticidas que en 10 años alcanzó las 172.000 M de t. Por otra parte, se ayudaría a evitar la erosión de los suelos y conservar la humedad, principal problema del Cono Sur”.

El compromiso de disminuir la pobreza

“La biotecnología puede contribuir, pero no solucionar, el problema de la pobreza, que creo que es lo más grave en el orden mundial, más aún que la contaminación. Todos los días se mueren 24.000 personas por hambre o 1.000 por hora”, dijo James y recordó que los países se comprometieron a reducir la pobreza 50% en los próximos años.

De acuerdo con datos del especialista, el mal aqueja a 1,3 billones de personas y a otras 850 millones, que se encuentran en estado de mal nutrición. El problema se concentra en el continente asiático, que encabeza el promedio más alto con 400 millones de pobres, le sigue África con 250 millones y Latinoamérica con 50 millones; el resto se distribuye en el mundo. “Lo llamativo de este dato -manifestó James- es que 60% de ellos son productores y muchos de ellos no son propietarios de la tierra”, concluyó.

Alexia Giménez

agimenez@infocampo.com.ar

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