Dicho documento destaca que los bosques tienen un valor incalculable para la humanidad, y mediante una ordenación forestal sostenible pueden contribuir a reducir la pobreza, conservar la biodiversidad y proporcionar una amplia gama de bienes y servicios a las generaciones presentes y futuras. Se destacan los aportes económicos y ambientales, como el agua potable, la biodiversidad y la absorción del carbono de los bosques.
En este sentido, se reconoce la creciente importancia de los bosques cultivados para satisfacer las necesidades económicas, sociales y ambientales de la población, promoviendo que se creen e implementen tecnologías que permitan mantener y reforzar la productividad de las plantaciones y sus contribuciones a nivel local y de paisaje de una manera equilibrada entre todos los usos de suelo.
También se reconoció que la industria forestal responsable es parte indisoluble del desarrollo forestal sostenible.
Por ello, aconseja la creación de un ambiente de políticas favorables y un marco legal que promuevan las inversiones en la industria forestal responsable.
La Argentina tiene condiciones para convertirse en un actor principal en los desafíos y oportunidades señaladas en la Declaración, siendo que: posee 30 millones de hectáreas de bosques nativos con alto valor económico y en servicios ambientales y sociales, con alta interrelación con comunidades de pueblos originarios; tiene 1,2 M de has de bosque de cultivo, que proveen al 90% de la industria de base forestal; posee capacidad para expandir los bosques plantados en al menos 3 M de has sin competir con suelos agrícolas o bosques nativos; y cuenta con materia prima disponible para atraer inversiones por más de u$s3.000 M en forma inmediata.
Esta capacidad de expandirse, tanto en las plantaciones como en la forestoindustria, y la situación sensible de los bosques nativos, hace que el sector forestal sea una herramienta actual de crecimiento económico regional y un sector estratégico para el futuro del país en su respuesta a los desafíos de cambio climático, la pobreza y la respuesta energética.
El 2009 fue un gran año para el sector en lo institucional. La prórroga por 10 años de la Ley 25.080, de Promoción para los Bosques Cultivados, el avance en la Norma Nacional de Gestión Sustentable de Bosques y el reconocimiento que ha tenido el sector como una herramienta que, además de proveer de empleo y bienes de alto valor social y económico, mitiga los efectos del cambio climático, dan un marco de alto optimismo.
Esperamos que 2010 sean año de recuperación de los mercados internacionales, y que las exportaciones de base forestal superen los u$s1.000 M.
En el largo plazo, desde Afoa respaldamos la rápida implementación del Plan Forestal Federal, anunciado por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, para que el país pueda aprovechar sus ventajas competitivas, se concreten las inversiones industriales que se requieren con urgencia, y la Argentina ocupe su lugar como un jugador de peso en el mercado mundial de la producción forestoindustrial sustentable. Pensamos que podemos lograrlo.
Por: Claudia Peirano
Directora de Desarrollo Industrial de la Asociación Forestal Argentina (Afoa)
Nota publicada en la Edición de Hoy del Semanario Infocampo
