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Las semilleras crecen o quedan en el camino

En la última década se dio un fuerte proceso de compras y fusiones en este negocio, cuya facturación global se estima en más de u$s25.000 millones. El proceso se replica en mercados emergentes, como Brasil.

En la última década se dio un fuerte proceso de compras y fusiones en este negocio, cuya facturación global se estima en más de u$s25.000 millones. El proceso se replica en mercados emergentes, como Brasil.
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Por Infocampo

Un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, según sus siglas en inglés) sobre la industria de los insumos agrícolas, sostiene que el mercado mundial de semillas ronda los u$s25.200 millones, de los cuales las primeras cuatro compañías tienen 30%, es decir unos u$s7.380 millones.

Para el 2004, en orden de importancia estas empresas eran DuPont, adquirente de Pioneer, Monsanto, Syngenta y Limagrain. Pero considerando la adquisición de Seminis por parte de Monsanto, en el 2005, el organismo considera que hoy la compañía con sede en Saint Louis ha quedado primera en el ranking.

Las principales fuerzas que dirigieron la evolución de este mercado fueron, según la Unctad, las siguientes:

1) Un marcado proceso de adquisiciones y fusiones, que concentró el negocio en menos manos. El estudio cita el caso de Monsanto, que en los últimos diez años compró las semilleras de Cargill, Asgrow, Dekalb, Seminis y Limagrain, entre las más destacadas, en tanto que también adquirió las biotecnológicas Agracetus, Calgene y Emergent Genetics. La unidad de semillas y biotecnología de la compañía facturó, de acuerdo con este estudio, u$s2.277 millones en el 2004.

2) “Una integración sin precedentes” entre tres segmentos clave de la industria de los insumos: la protección de los cultivos, las semillas y la biotecnología, cita el informe. Una referencia es la integración del desarrollo de un evento de resistencia a herbicidas, con la comercialización del germoplasma que lo contiene y el agroquímico. Las compañías se están enfocando en manejar las tres patas de la silla simultáneamente.

3) La coordinación vertical a lo largo de la cadena de alimentos. Se trata de los llamados “clusters alimentarios”, donde el negocio de la genética vegetal se integra con el procesamiento y/o la distribución de los productos que de ella derivan.

El trabajo de la Unctad menciona los casos de Cargill y Monsanto, que formaron Renessen, de Novartis y Archer Daniels Midland y el de DuPont y Conagra. Se trataría de un caso que va “del campo al plato” del consumidor.

Otro punto abordado es el desembarco y captura de los mercados regionales por parte de estas firmas globales. Puntualmente se cita el caso de Brasil, donde tradicionales proveedores de semillas fueron adquiridas por Dow (Empresa Brasileira de Sementes y Dinamilho, que ya había sido adquirida por Mycogen), Monsanto (Sementes Agroceres), Bayer (Granja 4 Irmaos S.A.) o DuPont (Dois Macros).

En tanto, los inversores parecen estar premiando este crecimiento y el futuro de la industria. En la Bolsa de Nueva York, la acción de Monsanto cotiza por arriba de los u$s80 y los analistas estiman que llegará a 100 para fin de año. Por su parte, la acción de Syngenta pasó de un nivel de u$s20 a otro de 28, en el término de un año, es decir un crecimiento de 40% en el término de doce meses.

monsanto, de compras

1996. Adquiere 49% de Calgene y Agracetus Transgenic Plant Division.

1997. Adquiere Asgrow Agronomics por u$s240 M y Holdens Foundation por u$s945 millones.

1998. Compra la División Semillas de Cargill y la de Unilever, así como 60% de Dekalb Genetics.

2001. Compra Limagrain Canada Seeds.

Fuente: Unctad.

La biotecnología, en muy pocas manos

Si el negocio de las semillas lo manejan pocos jugadores, el de los eventos biotecnológicos lo manejan menos todavía, explica la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

En los Estados Unidos, 85% de las liberaciones de nuevos eventos pertenece a cuatro compañías: Monsanto, Bayer, Syngenta y Dow. De un total de 67, entre 1992 y 2005, 35, es decir 52%, están en manos de la primera de estas cuatro empresas, mientras que 15 (22%), en las de Bayer.

Sucede que con el proceso de adquisiciones y fusiones, Monsanto terminó adueñándose de los desarrollos de Calgene, Dekalb, Asgrow y Upjohn, acrecentando así sus activos en conocimiento.

En tanto, Bayer hizo lo mismo con sus adquiridas Aventis, AgrEvo, Agritope y Plant Genetics Systems. En tercer lugar aparece Syngenta, que obtuvo los derechos de los desarrollos de Novartis Seeds y Northrup King.

En la Argentina, el ingeniero e investigador de la Universidad Nacional de Rosario Daniel Rossi abordó recientemente este tema en un artículo de divulgación.

Rossi contrapone el fenómeno de la Revolución Verde, de Norman Borleaug, liderado por organizaciones públicas internacionales, con la Revolución Genética, realizada por las grandes corporaciones biotecnológicas.

Al momento de dimensionar el fenómeno de los transgénicos, Rossi dice que “sólo 7 países, 4 cultivos, 2 características fenotípicas (o sus combinaciones) y un puñado de gigantescas corporaciones multinacionales explican la mayor parte de este proceso”.

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