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El impacto del cambio en los bolsillos del productor

En promedio, salvo la Región IV (Sudeste de Buenos Aires que con 3 M/has y más de 6 M/t es la principal zona productora del país), el resto de las zonas obtendría un descuento en sus ingresos por venta a iguales precios y calidad que en las últimas cinco campañas. Sin embargo, no es de... Read more »

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Por Infocampo

En promedio, salvo la Región IV (Sudeste de Buenos Aires que con 3 M/has y más de 6 M/t es la principal zona productora del país), el resto de las zonas obtendría un descuento en sus ingresos por venta a iguales precios y calidad que en las últimas cinco campañas.

Sin embargo, no es de extrañar dicha conclusión porque el trigo argentino ha perdido calidad al introducirse y mezclarse trigos franceses de mayor rinde pero más blandos, y porque históricamente los compradores del exterior han venido reclamando la falta de homogeneidad y altos contenidos de materias extrañas y granos dañados en el trigo argentino. Si bien hubo necesidad de modificar el estándar para adecuarlo al vigente en Brasil en materia de tamaño de zaranda utilizada, cabe aclarar que ahora es similar a los principales países exportadores. Había un reclamo de larga data en los importadores respecto que el trigo argentino se negociaba en el grado 2 con un alto contenido de cuerpos extraños/quebrados comparado a otros estándares, pero afectaba más las negaciones que dichos contenidos porcentuales no se descontaban del valor del trigo, mientras que sí lo hacen Canadá y USA, por ejemplo. Con una producción en esta campaña de 16,5 M/t, el precio del trigo FOB argentino llegó a caer 50 U$S/t respecto del trigo duro y 35 U$S/t respecto del trigo blando de los USA y 30 U$S/t debajo del trigo blando francés. Esta misma situación se repitió en tres campañas anteriores durante los últimos 10 años, cuando también se alcanzaron cosechas en el orden de 16 M/t, y hubo que vender mucho trigo fuera de Brasil.

Sin lugar a dudas que el avance a mejorar la calidad de los trigos tanto en presentación, homogeneidad y clasificación redundará en una mayor valoración del trigo argentino en los próximos años, aunque grandes logros no se darán en la primer campaña. La clasificación de los trigos para adecuarlos a distintos requerimientos de la demanda es una condición para ganar y mantener mercados.

Al mismo tiempo, no debe perderse el objetivo de aumentar la productividad para reducir costos y poder competir en muchos mercados que se ingresa por precio. Pero si muy altos rindes significa menor calidad panadera, que dichos trigos estén segregados para no reducir la calidad de la globalidad de la cosecha.

En vista de los adelantos genéticos en las nuevas variedades introducidas (ejem. Biointa 3000), y del paquete tecnológico que se está aplicando en los trigos, es previsible en los próximos años ya que veremos mayores rendimientos sin resignar calidad panadera. Hay que prepararse para una producción que alcanzará las 20 M/t en muy poco tiempo.

Juan Martin Rebolini | Especial para Infocampo

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