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A pasos cortos, la comercialización de la cosecha gruesa empieza a tomar temperatura

Aunque las ventas de soja, maíz trigo se encuentra por debajo de sus volúmenes históricos, algunos indicios permiten anticipar un mayor ritmo de operaciones. Si se mantiene la actual brecha cambiaria, podrían impulsarse más operaciones.

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Por Infocampo

En los últimos días, las pizarras de Chicago registraron subas en las cotizaciones de soja y maíz, situación que si bien tuvo un traslado parcial a nuestro país, comenzó a despertar el interés de los productores para comenzar a negociar la cosecha gruesa.

De acuerdo a Dante Romano, profesor del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, aunque estos valores son más bajos en comparación a hace tres meses, empiezan a mostrar un atisbo de rentabilidad

Tras las lluvias, se frenaron tanto la cosecha del maíz temprano como la carga de los buques que arriban a las terminales portuarias y se registra cierta demora en la logística interna, más allá de las actuales bajas ventas. 

Pero para Romano, este escenario huele a oportunidad: “Se generan oportunidades de venta para quienes, a pesar de las lluvias, pueden entregar en el corto plazo”, recomendó.

Por el lado de la soja, las lluvias llegaron en un buen momento para apuntalar rindes  y a un mes del inicio de la cosecha, indicó que “ver la soja mayo nuevamente en 290 (dólares) y noviembre en 300 debería llamar a la reflexión”

NÚMEROS QUE EMPIEZAN A MEJORAR

Según Romano, las lluvias permitieron recargar los perfiles para llegar al invierno sin sobresaltos -más allá de los pronósticos que anuncian “Niña” para agosto- pero podrían generar demoras o incluso daños en la cosecha gruesa 2023/24.

En soja, maíz y trigo, consideró que por el momento no se visualizan en el horizonte nuevos fundamentos alcistas en sus precios internacionales. Y en el caso puntual del trigo, advirtió que a nivel internacional sufre la presión de la abundante oferta de cereal ruso a bajos precios

“La mayor parte de los embarques anunciados tienen como destino países fuera de Brasil, lo que significa que para ser competitivos debamos bajar precios. Es de esperar que cuando sólo quede grano para el Mercosur, la necesidad de Brasil despierte interés”, estimó.

De todos modos, para los diferentes cultivos, analizó un panorama en el que efectivamente los números comienzan a mostrar un mayor flujo de operaciones:

Soja

La comercialización sigue muy parada: solo 900.000 toneladas, que equivalen al 1,7% de la cosecha, cuando normalmente a esta altura del año sería el 11%. Sin embargo, en la última semana, tomando negocios a fijar más negocios a precio, se vio un pico de operaciones de 1,6 millones de tonelada la semana pasada, más otro millón esta semana.

“Claramente el grueso de los negocios es a fijar, y la sumatoria de los dos primeros alcanza el 17% de la cosecha, contra 23% promedio histórico. Mucho más cercano al mismo”, valoró Romano.

Desde su punto de vista, “esto puede responder a que, si bien los precios no tientan, sí tienta el hecho de ir abriendo espacios para entregar mercadería ya sea por logística, o para poner esos contratos como garantía para negocios de financiamiento, con el productor esperando cerrar precio más adelante, si ve una mejor rentabilidad”.

Maíz

Sólo se lleva vendido a precio el 8% contra 21% promedio histórico, pero también, si se suman negocios a precio y a fijar, es el 22% contra 30% promedio a esta altura del año.

Para Romano, “la comercialización de maíz viene un tanto más acomodada con respecto al histórico, especialmente cuando la cosecha comenzó a avanzar. De hecho, vimos subir la cantidad de camiones a la descarga esta semana, pero luego cuando las lluvias se generalizaron esta tendencia se detuvo. Con lo cara que está la secada, es posible que demore en retomarse la recolección, las ventas y las entregas de mercadería”.

LO QUE VIENE

En este contexto, la Bolsa de Cereales de Córdoba (Bccba) indicó que el volumen de comercialización de granos se encuentra por debajo de sus promedios habituales, sobre todo por el escenario de menores precios.

En este marco, un factor clave que podría impulsar las ventas es la caída en la brecha cambiaria, que según estimaron se encuentra en los niveles más bajos de los últimos cuatro años. De mantenerse esta tendencia, una menor brecha se traduce en mejores precios recibidos por los productores.

“Además, si en vez del tipo de cambio oficial se considera el tipo de cambio ´blend´ que surge de aplicar la fórmula propuesta por el régimen de exportación vigente, la misma se achica aún más”, agregaron,

Con este antecedente y a medida que avance la cosecha y los productores necesiten cancelar compromisos financieros, señalaron que el monto comercializado comenzará a ser mayor. No se debe olvidar que, tradicionalmente, el 50% de soja y maíz suele liquidarse a finales de junio.

“A partir de ese momento, el ritmo de la comercialización dependerá de los incentivos que reciba el productor en términos de precios internacionales, derechos de exportación y tipo de cambio”, argumentaron desde la Bolsa cordobesa.

En el caso de la soja de  campaña 2023/24, calcularon -en base a estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario– que a la fecha se comercializaron 9 millones de toneladas, sobre un volumen estimado en 50 millones. Un dato a tener en cuenta es que de esas 9 millones de toneladas, solo una pequeña proporción se encuentra con un precio establecido.

De manera paulatina, el ritmo de comercialización evidenció mejoras y pasó de 376.000 toneladas entre enero y las primeras semanas de febrero a 1,3 millones entre la última semana de febrero y la primera de marzo.

En la bolsa cordobesa fueron optimistas con el poroto y remarcaron que pese a los retrasos -en comparación a los números históricos de la actividad, el volumen comercializado durante las próximas semanas podría incrementarse, acercándose al promedio.

En esta instancia, uno de los principales impulsores de las ventas sería -al igual que consideró Romano- la necesidad de los productores de saldar deudas.

VENTAS EN MAÍZ Y TRIGO

Por el lado del maíz y a diferencia de la soja, el ritmo de operaciones exhibe un ritmo más regular. En el transcurso del primer trimestre de 2024, se comercializaron unas 600.000 toneladas semanales, que permitieron acumular un registro de 12,7 millones de toneladas.

maiz cba

Este volumen negociado representa cerca del 22% de las 57 millones de toneladas que se esperan recolectar en esta campaña. Este número se encuentra en línea al mismo período del ciclo 22/23, pero un 33% por debajo de la 21/22% y del promedio de las últimas cinco.

“Al igual que ocurre en soja, la mayoría de lo que se ha comercializado se encuentra pendiente de fijar precio y para el maíz dicho volumen se ubica en torno a los 8 millones de toneladas, lo que representa el 63% de lo comercializado hasta la fecha”, acotaron desde la Bccba.

Por último, en trigo de la campaña 20223/224 se han comercializado poco más de 8 millones de toneladas, un 53% de las 15,9 millones de toneladas estimadas a nivel nacional según se desprende de datos oficiales.

A diferencia de los casos anteriores, la proporción del volumen que se ha comercializado con precio fijado se ubica en 5 millones de toneladas, representando un 64% de las toneladas de cereal comercializadas.

Con respecto al avance de la campaña comercial, si bien mostró un retraso con respecto a las dos campañas previas y al promedio de las últimas cinco, viene mostrando una aceleración en las ventas, en línea a lo observado durante la campaña 21/22.

 

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