Frente a esta nueva campaña las grandes tendencias que se vislumbran se dan básicamente en las dos grandes zonas productoras. Hay un crecimiento bastante sostenido en ambientes no tradicionales y esto responde a la intención de hacer sistemas más sustentables en las regiones que se encuentran más hacia el Norte.
“En este sentido viene aparejada con la elección de planteos de la conjunción trigo-soja. Y en esta tendencia hacia el doble cultivo se busca adelantar las fechas de siembra de ciclos cortos y aquí se verfica que muchos materiales muestran una gran adaptación. Lo que ocurre es que en estos ambientes el tema sanidad es uno de los principales condicionantes porque como los potenciales de rendimientos son bajos, la aplicación de fungicidas es un recurso válido pero con costos muy altos para el productor” dijo a Infocampo Jorge González Montaner, coordinador técnico de la Comisión de Agricultura de la zona mar y sierras de AACREA.
Agregó además que “el cambio fundamental se está viendo en la inclusión de materiales de buena calidad panadera y la apuesta aquí se centra en la posibilidad de obtener márgenes interesantes. Es justamente en esta zona donde utilizar materiales caros para obtener máximos rendimientos no es la apuesta porque se sabe que serán bajos. Se da un cambio en lo que era la tendencia generalizada para el cultivo. Un nuevo eje que aparece es trabajar con trigos como primicia y haciendo contratos con los molinos. Aquí no tienen los mejores niveles farinográficos pero sí proteínas aceptables y puede explotar esta virtud haciendo negocios con eso”. Explicó que esta opción implica guardar los materiales para esperar el mejor momento. Y el productor que lo elige debe tener la capacidad financiera para hacerlo.
Respecto de otras regiones, el especialista indicó que “hacia el Sur el panorama es más complejo, especialmente en Buenos Aires, donde la apuesta es hacia el trigo-soja de segunda. Sin discusión este es el principal negocio al que se apunta. Aquí se eligen principalmente materiales que sean precoces a madurez. Acá hay una discusión muy fuerte sobre si apostar a la calidad panadera o a la cantidad por máximos rendimientos. En la segunda opción es donde las variedades del grupo 3 toman una distancia significativa del resto. También es importante mirar cómo impactará la aplicación del nuevo estándar de comercialización y es recomendable mirar cómo cierra el negocio en forma global”.
Por medio de ensayos y estudios lo que constataron es que cuando la respuesta es a favor de 8 a 10 mil kilos no hay discusión posible. Asumiendo precios de hasta 110 dólares por tonelada de trigo.
“Asimismo observamos por arriba de los 50 cm de profundidad la diferencia a favor de Baguette es bastante proporcional a la profundidad de los suelos y en general están por arriba de los 600 kilos de rendimiento. Estos son suficientes para resolver los déficit de calidad. En los suelos someros, con menos de 50 cm, los problemas de proteína y de peso hectolítrico hacen la elección a favor de las variedades de mayor calidad como las del Grupo I”, indicó.
Verónica Puig | vpuig@infobae.com
