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Una opción económica que permite un óptimo rendimiento para este cultivo

Juan Klappenbach, de Crinigan, destacó las ventajas de la biofertilización en el trigo, sistema cuya aplicación tiene un valor diez veces menor al de los sistemas químicos y favorece la absorción de agua en áreas carentes de lluvia, así como también permite al cereal nutrirse eficazmente de nitrógeno y fósforo.

Juan Klappenbach, de Crinigan, destacó las ventajas de la biofertilización en el trigo, sistema cuya aplicación tiene un valor diez veces menor al de los sistemas químicos y favorece la absorción de agua en áreas carentes de lluvia, así como también permite al cereal nutrirse eficazmente de nitrógeno y fósforo.
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Por Infocampo

El especialista confirmó en Infocampo TV que se trata de un producto “compuesto por bacterias y hongos”. En este sentido, señaló que “son microorganismos que se aplican al trigo y le permiten nutrirse mejor del agua, de nitrógeno y de fósforo porque también absorben más fósforo del suelo”.

A modo de explicación, Klappenbach comparó el sistema con la difundida inoculación en soja y expuso que la biofertilización se puede aplicar previo a la siembra, “con el curado de la semillas”.

El representante empresario resaltó que este sistema “es una fertilización como puede ser la de un fertilizante químico” y argumentó que conlleva un conjunto de beneficios para el productor, especialmente a nivel económico.

Si bien reconoció que “la respuesta biológica no es tan grande como la del fertilizante químico”, aseguró que su gran ventaja consiste en que es 10 veces más económico que el otro sistema.

“Es muy bueno para gente que a lo mejor no fertiliza el trigo por el alto costo, o para complementarlo”, consideró Klappenbach, para agregar que “nos permite disminuir la cantidad de fertilizante químico que aplicamos”.

En cuanto al alcance de su utilización, el especialista manifestó que si bien la biofertilización “se puede aplicar en los trigos de cualquier región” tanto zonas cerealeras por excelencia como zonas no tradicionales, “las respuestas son más claras en las zonas marginales, en donde puede disminuir la materia orgánica y el suelo suele ser más desértico”.

En este sentido, señaló que “nosotros estamos agregando muchos microorganismos y hay suelos que, por su conformación ya tienen muchos”. Así, expuso que, “saliendo de la zona donde los suelos tienen mucha materia orgánica, que es la zona triguera por excelencia, las respuestas son bastante más marcadas”.

Klappenbach destacó que en el norte y sur de la provincia de Buenos Aires, y también el este de La Pampa, zonas que padecen sequía, la aplicación de biofertilización provocaría beneficios significativos.

De acuerdo con este argumento, el especialista expuso que este sistema “ayuda mucho a la absorción de agua por lo cual, cuando tenemos problemas de sequía o stress hídrico, hay mucha mejor absorción de agua y con ella, de nutrientes, que en zonas más húmedas”.

“Yo creo que este año es un buen año para probarlo”, disparó el dirigente, y confirmó que la aceptación de los productores frente a este tipo de fertilización es cada vez más favorable.

Así, Klappenbach señaló que “mucha gente lo ha probado y lo ha adoptado, fundamentalmente por una cuestión de la ecuación costo beneficio”.

El especialista aludió a la difícil situación que experimentan los productores argentinos a la hora de enfrentar los altos costos de insumos y fertilizantes y, en este escenario, sostuvo que “hace unos años al trigo se le podía aplicar todo y rendía, ahora hay que mirar un poco más la cuenta, y esta es una alternativa que me parece muy válida”.

Verónica Scornik

vscornik@infocampo.com.ar

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