La situación de la agricultura sudamericana, y en particular la brasileña, afectaron en el arranque de 2006 los números de Bunge. Si bien sus ventas globales treparon de u$s 5.450 a 5.600 en el primer trimestre de 2006, las ganancias se redujeron 41% al caer de 98 a 58 millones de dólares.
“En los últimos seis meses redujimos un 10% nuestro personal en Brasil, cerramos cinco plantas de procesamiento de oleaginosas, y compartimos siete instalaciones de fertilizantes, entre otras medidas”, dijo Alberto Weisser, CEO de la compañía, durante la presentación del balance del primer trimestre del ejercicio.
Sucede que la revalorización del real frente al dólar está complicando al agronegocio del vecino país. Lo decía hace una semana el director del grupo El Tejar, Oscar Alvarado, en diálogo con Infocampo: “Aunque los productores se enojen conmigo, prefiero la Argentina con un tipo de cambio alto y retenciones, que Brasil con un dólar de 2,10 reales”. “Un real fuerte, altos costos de transporte y grandes stocks globales contribuyen a que los precios de la soja en Brasil sean bajos, lo cual presionará la economía de los productores de ese país”, comentó Weisser. En comparación con el primer semestre de 2005, este arranque de 2006 mostró un tipo de cambio 18% más alto, lo cual aumenta los costos internos brasileños expresados en dólares.
Coincidiendo con estos anuncios (el 27 de abril), la acción de la compañía cayó desde un nivel de u$s59 a otro de 54, para recuperarse en los primeros días de mayo. La tendencia de este papel en la Bolsa de Nueva York viene mostrando bastante volatilidad en el último año. En julio de 2005 llegó a un pico de u$s67, y cuatro meses después tocaba un piso de 48. El otro tema que también complicó a Bunge en Brasil fue la marcada retención que están haciendo los productores para no desprenderse de la soja. Algo similar a lo que ocurre en la Argentina, donde la cotización de la soja pudo sostenerse, en plena cosecha, por encima de los 500 $/t. Pero en el caso de los brasileños, la retención se debería a rumores sobre anuncios del gobierno que liberaría de impuestos a los insumos importados.
Pero en la Argentina también afecta el menor volumen de la cosecha, particularmente en los cereales. Al respecto, las estadísticas de la Secretaría de Agricultura (actualizadas recién a enero de 2006) señalan que en el primer mes de 2006 Bunge Argentina exportó 412.000 toneladas de granos contra 577.000 en el mismo mes de 2005, es decir una caída de casi 30%.
Segmento por segmento, las ventas de la empresa crecieron 3% de un año a otro, al pasar de 5.450 a 5.600 millones de dólares (ver cuadro). Según afirmó Weisser, están haciendo progresos en el manejo del “dificultoso ambiente operativo en Brasil”.
