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Ganadería: el precio de los forrajes está por las nubes

El 2006 ya está definido, será un período difícil, sin ningún tipo de reservas. Al decir de la Biblia, un año de vacas flacas. Aunque la soja puede arrimar un poco de alivio a la Argentina, en esta época se definen las existencias de forraje.

El 2006 ya está definido, será un período difícil, sin ningún tipo de reservas. Al decir de la Biblia, un año de vacas flacas. Aunque la soja puede arrimar un poco de alivio a la Argentina, en esta época se definen las existencias de forraje.
infocampo
Por Infocampo

Justamente ahí es donde se ensañó la sequía en nuestro país. A los fines concretos del mercado demandante, nuestra cosecha de maíz será muy exigua, sólo 13 M frente a 20 del año pasado, y en el resto del mundo la energía se encarece y escasea.

Hoy el maíz no es sólo forraje o alimento para animales, también es azúcar, tonificada por muy fuertes precios, y energía a través del metanol que se extrae de la fermentación del almidón. Sus aumentos de precios, entonces, están en sintonía con los del petróleo.

Pero, a nuestros fines concretos, podemos decir que es la hora de los forrajes. No sólo para los vacunos sino, por supuesto, para los usos industriales, los tambos, los cerdos, aves, producción de alcohol, azúcares y tantos otras utilidades.

Sin embargo, este año no hay silos de maíz, rollos, fardos, verdeos de invierno ni verano, sino sólo la sombra de lo que son años normales. Este panorama tiende a agravarse día a día por la seca y los pronósticos climáticos desalentadores.

Además, nos encontramos con un panorama de precios absolutamente inusual y preocupante. El pellet de afrechillo de trigo, PAT, siempre costó en verano apenas $125 y este año su valor de vidriera es de $ 210; además, no hay disponibilidad amplia y uno de los motivos es que Uruguay se llevó mucho de nuestro afrechillo para sus vacunos.

Como segunda opción forrajera siempre estuvo el pellet de girasol (PG) con un precio durante el verano de $180.

Este año, contrariamente a su comportamiento histórico, ya se encuentra en $260, 44 % más que hace un año. Entonces, la pregunta es qué nos queda para el invierno. Si se repitiera el comportamiento del 2005, podría estar en torno de los u$s100. Como opción adicional quedaría el pellet de cáscara de soja, que hace poco más de un año se conseguía en torno de los u$s 35 y hoy no baja de los 70 dólares.

Todo lo anterior se potenciará en su aumento por la previsible suba del maíz. Entonces, estamos frente a un cambio de paradigma, en el cual ya no existe la paridad con Rotterdam y todo se mide en función de la oportunidad.

A pensar

Tenemos que tener en cuenta que la seca dejó sus huellas y puede generar enormes subas de precios por su efecto de arrastre sobre subproductos como el pellet de trigo, de cáscara de soja y de girasol.

Santiago Gallo Llorente

Especial para Infocampo

El 2006 ya está definido, será un período difícil, sin ningún tipo de reservas. Al decir de la Biblia, un año de vacas flacas. Aunque la soja puede arrimar un poco de alivio a la Argentina, en esta época se definen las existencias de forraje.
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Por Infocampo

Justamente ahí es donde se ensañó la sequía en nuestro país. A los fines concretos del mercado demandante, nuestra cosecha de maíz será muy exigua, sólo 13 M frente a 20 del año pasado, y en el resto del mundo la energía se encarece y escasea.

Hoy el maíz no es sólo forraje o alimento para animales, también es azúcar, tonificada por muy fuertes precios, y energía a través del metanol que se extrae de la fermentación del almidón. Sus aumentos de precios, entonces, están en sintonía con los del petróleo.

Pero, a nuestros fines concretos, podemos decir que es la hora de los forrajes. No sólo para los vacunos sino, por supuesto, para los usos industriales, los tambos, los cerdos, aves, producción de alcohol, azúcares y tantos otras utilidades.

Sin embargo, este año no hay silos de maíz, rollos, fardos, verdeos de invierno ni verano, sino sólo la sombra de lo que son años normales. Este panorama tiende a agravarse día a día por la seca y los pronósticos climáticos desalentadores.

Además, nos encontramos con un panorama de precios absolutamente inusual y preocupante. El pellet de afrechillo de trigo, PAT, siempre costó en verano apenas $125 y este año su valor de vidriera es de $ 210; además, no hay disponibilidad amplia y uno de los motivos es que Uruguay se llevó mucho de nuestro afrechillo para sus vacunos.

Como segunda opción forrajera siempre estuvo el pellet de girasol (PG) con un precio durante el verano de $180.

Este año, contrariamente a su comportamiento histórico, ya se encuentra en $260, 44 % más que hace un año. Entonces, la pregunta es qué nos queda para el invierno. Si se repitiera el comportamiento del 2005, podría estar en torno de los u$s100. Como opción adicional quedaría el pellet de cáscara de soja, que hace poco más de un año se conseguía en torno de los u$s 35 y hoy no baja de los 70 dólares.

Todo lo anterior se potenciará en su aumento por la previsible suba del maíz. Entonces, estamos frente a un cambio de paradigma, en el cual ya no existe la paridad con Rotterdam y todo se mide en función de la oportunidad.

A pensar

Tenemos que tener en cuenta que la seca dejó sus huellas y puede generar enormes subas de precios por su efecto de arrastre sobre subproductos como el pellet de trigo, de cáscara de soja y de girasol.

Santiago Gallo Llorente

Especial para Infocampo

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