Durante su visita al país realizada esta semana, Germán Spangenberg, uno de los máximos investigadores internacionales que trabaja en genética de forrajeras en el Centro de Plantas Biotecnológicas de la Universidad de Victoria, Australia, disertó en la Facultad de Agronomía de la UBA ante un grupo de investigadores de esta facultad, y de otras instituciones, sobre los resultados de sus proyectos en mejoramiento de raigrás perenne y trébol blanco e intercambió sus experiencias con Gustavo Schrauf, de la Cátedra de Genética (UBA), con quien están ensayando transformaciones en este cultivo para retrasar el envejecimiento de la hoja (senesencia foliar), donde los resultados son aún preliminares.
En todos los programas de investigación el objetivo apunta a mejorar la calidad de los forrajes, mediante el uso de biotecnología como el descubrimiento de genes, el establecimiento de los recursos genómicos para cada especie (colección de genes y de sus genotipos) y la conversión de éstos en herramientas que permitan estudiar su expresión. âHemos logrado hacer un análisis de transcriptoma de expresión génica para todas las especies que trabajamos, es una herramienta muy poderosa para el descubrimiento porque nos informa la selección de genes candidatos asociados con determinadas característicasâ, señaló el científico.
El trabajo más avanzado de Spangenberg está orientado a obtener un trébol blanco resistente al virus del mosaico de alfalfa (AMV) que en Australia causa pérdidas por u$s 110 millones anuales. El investigador adelató que ya generaron las primeras plantas transgénicas y con ese material desarrollaron dos cultivares para multiplicar semillas el año próximo. La fecha de entrada en el mercado se prevé aproximadamente en 2009. El virus AMV causa 20% de pérdidas en total en trébol blanco, la leguminosa de mayor difusión en este país, y la pérdida por planta es del orden del 60% de materia seca y no hay una fuente natural de resistencia.
Otro evento que están desarrollando en trébol blanco apunta a elevar los niveles de concentración de taninos entre un 2,5 y 7%, para reducir el empaste que causa el meteorismo en los bovinos con pérdidas que llegan a u$s 100 millones y que permitirían aumentar el 10% la tasa de crecimiento de terneros y un retorno a los productores de u$s 50 millones.
En raigrás perenne, como informó Infocampo en su edición del 26 de mayo, el objetivo es modificar los genes que intervienen en la biosíntesis de la lignina y en el metabolismo del fructano para obtener un forraje más tierno y de mejor calidad. Este programa podría estar concluido para 2013 con resultados que permitirían que la producción lechera australiana aumente 25% y retornos económicos equivalentes a u$s 50 millones anuales y también podría aportar otros beneficios potenciales del orden de los u$s 320 millones por año si se reemplazan suplementos por un forraje de mejor calidad.
Alexia Giménez
agimenez@infocampo.com.ar
