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Ovinos: el desafío de producir carne a escala

La Ley Ovina Nacional es un impulso junto con el financiamiento para los productores argentinos. De todas formas aún resta mucho para que el sector despegue y se asemeje a los stock de producción de décadas atrás.

La Ley Ovina Nacional es un impulso junto con el financiamiento para los productores argentinos. De todas formas aún resta mucho para que el sector despegue y se asemeje a los stock de producción de décadas atrás.
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Por Infocampo

Según el censo realizado en la provincia de Buenos Aires en 1990 había en ese territorio más de nueve millones de cabezas de ovinos, en la Argentina, en 2001 el stock se redujo a poco más de un millón de cabezas. Hoy los productores están trabajando amparados por la Ley Ovina que se promulgó en mayo de 2001 y su objetivo es destinar parte del presupuesto nacional a recuperar la ganadería ovina nacional e incluye, entre otras cuestiones, la creación de un Fondo Fiduciario para la Recuperación de la Actividad.

En el mismo sentido la financiación es una de las alternativas con las que cuenta el productor o aquel que se quiera sumar, se están brindando créditos a valor productos sin intereses a cinco años, por fuera del circuito bancario.

Según el productor Jorge Srodek, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires la cría de ovinos es la actividad más rentable después de la soja y el girasol, pero todavía falta plantear a los ovinos como productores de carne.

El consumo de carne ovina en la Argentina es de 2 kilos por año por habitante, mientras que de bovina llega a los 70 kilos .

“Está muy claro que falta una campaña de promoción del consumo de la carne ovina, el Gobierno también se olvidó de incluir a esta producción dentro de un plan ganadero y en las negociaciones internacionales para abrir nuevos mercados. Esto es realmente una lástima, ya que los ovinos son en muchos casos más rentables que la ganadería bovina”, sentenció Srodek.

Durante el año 2005, las exportaciones de carne ovina alcanzaron un volumen total de 9.177 toneladas, 44% más que en 2004. Los principales destinos de las exportaciones fueron: España, Gran Bretaña e Irlanda.

La Unión Europea estableció un cupo de importación desde la Argentina de hasta 23 mil toneladas por año, de carne ovina que por supuesto no se llega a cubrir.

En este mismo contexto durante el 2005 se faenaron alrededor de 1,2 millón cabezas, 22,4% más que en 2004, otro dato significativo es que del total faenado más de 700 mil corresponden a la categoría cordero. Jorge Srodek explica que a nivel nacional sólo se consumen corderos de muy corta edad: “esta situación tendría que cambiar, ya que los corderos sabrosos no son sólo los de destete, y si se sigue faenando animales muy livianos es contraproducente para el desarrollo de la producción”.

El stock ovino argentino está compuesto en más del 50% por razas productoras de lana, como por ejemplo la Merino, y doble propósito, Corriedale, Rommey Marsh, Lincoln y Criolla. Sólo una raza es netamente productora de carne, la Hampshire down.

Luego de la caída estrepitosa del rebaño argentino se desarmó gran parte de la estructura que estaba destinada para esta actividad, Srodek explicó: “mucha gente cree que criar ovejas es muy complicado y costoso pero eso es mentira, cualquiera que maneje un rodeo vacuno puede hacerlo también con un ovino”.

Aunque todavía resta un largo camino por recorrer para que la producción ovina vuelva a ser lo que alguna vez fue, por lo menos los productores son entusiastas y defienden a capa y espada su actividad.

Un cambio para sobrevivir

En el sudoeste de Buenos Aires, con un buen manejo tecnológico se puede tener por hectárea como mínimo ocho ovejas. Los corderos de destete se comercializan en el mercado a $70, mientras que los que se ubican en la categoría pesados, 38 kg, alrededor de $2,40 el kilo vivo.

Aunque en la Argentina la cría de ovejas en su mayoría es para la producción de lana, según Srodek, sólo el 1% de las prendas de abrigo que se utilizan son de esta fibra. El avance de las telas sintéticas le quitaron gran parte del mercado. Por eso la producción de carne es hoy la alternativa.

Yanina Otero

yotero@infocampo.com.ar

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