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Argentina provee el 10% de la demanda china de soja

La carne era muy poco frecuente en la mesa familiar cuando China empezó a reformar, hace 35 años, las estructuras de su economía planificada

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Por Infocampo

 Pero décadas de un crecimiento espectacular han transformado la dieta de sus más de 1.300 millones de habitantes, al igual que su urbanización y las redes de transporte público.

Cerca del 80% de la demanda china de porotos de soja -estimada en aproximadamente 70 millones de toneladas el año pasado- es molida para producir aceite y raciones para animales de granja y pescado, estiman los analistas. Solo el 20% es utilizado directamente para alimentación humana, como el tradicional tofu (queso) y la leche y salsa de soja.

“La mayor demanda es para la harina de soja, que se utiliza principalmente en la alimentación animal”, dijo a AFP Zhang Lanlan, analista de Sublime China Information Company, que tiene un sitio web sobre materias primas. “La demanda de aceite y alimento animal está creciendo dada la población y urbanización china”, agregó.

Las autoridades chinas estuvieron preocupadas durante mucho tiempo por la autosuficiencia alimentaria del país más poblado del planeta. Este temor fue uno de los factores que condujeron a la controvertida política del hijo único.

Argentina es el tercer proveedor de soja de China, con 6 millones de toneladas anuales

El año pasado, los agricultores chinos cosecharon cerca de 12,8 millones de toneladas de porotos de soja, mientras que el país importó 58,38 millones de toneladas, según datos oficiales.

De acuerdo a la consultora Beijing Orient Agribusiness, Estados Unidos fue el mayor proveedor de soja de China en 2012 con el 44% de las importaciones, seguido de cerca por Brasil con el 41% y en tercer lugar Argentina con el 10 por ciento.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estima que China importará de 63 a 67,5 millones de toneladas de soja este año, con una producción doméstica estable en 12 millones de toneladas. Más del 90% de los cultivos de soja en Estados Unidos es genéticamente modificado, según cifras oficiales.

Mientras que a los productores chinos -concentrados en el noreste del país- se les prohíbe la utización de semillas genéticamente modificadas, Beijing permite la importación de once variedades de semillas transgénicas, tres de ellas aprobadas en junio.

A pesar de las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria a raíz de una serie de escándalos, el debate en China sobre los alimentos genéticamente modificados ha sido escaso. “La soja genéticamente modificada importada es segura para comer”, declaró en un reciente artículo el Diario del Pueblo, periódico oficial del Partido Comunista. “Las personas no deben preocuparse”.

Se desacelera el crecimiento, pero la demanda se mantiene

La demanda de soja se mantiene a pesar de que el crecimiento se ha desacelerado en China, la segunda mayor economía del mundo, según analistas. El PIB creció 7,8% en 2012, su menor ritmo en 13 años, y la expansión se podría debilitar aún más este año.

Sin embargo, Gao Yanbin, analista de Jinshi Futures, afirmó que aunque “el ambiente económico de China sea malo, el consumo chino de comida, por el contrario, está creciendo”.

La demanda de soja sí sufrió un contratiempo a principios de este año cuando el brote de gripe aviar H7N9 mató a más de 50 personas, afectando el consumo de aves de corral. Pero este sector se está recuperando en la actualidad, por lo que la compra de harina de soja para la alimentación de animales está mejorando.

La tendencia va a continuar. La aplastante industria china de soja tiene una capacidad anual de más de 100 millones de toneladas, según los analistas, lo que demuestra que el gigante asiático tiene apetito para mucho más.

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