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Biotecnología a la argentina

En el país hay varias iniciativas orientadas a resolver problemas locales

En el país hay varias iniciativas orientadas a resolver problemas locales
infocampo
Por Infocampo

En el contexto de la media sanción del proyecto de ley de promoción para el desarrollo de la biotecnología, votada hace unos días por el Senado (ver recuadro los beneficios de esta ley), surgen algunas preguntas con respecto a la Argentina en esta temática. Nuestro país fue uno de los primeros en adoptar la tecnología en el agro a través de los cultivos transgénicos. La introducción de la soja transgénica, resistente a glifosato, permitió a los agricultores nacionales un ahorro en los costos de producción de u$s 2.500 M.

Moisés Burachik, coordinador general de la Oficina de Biotecnología de la Sagpya dijo a Infocampo: “Luego de una década de uso y consumo en la Argentina, es indiscutible que se trata de una tecnología segura para la salud humana y el ambiente”.

Pero bien, en el terreno del futuro, son varios los estudios que se están realizando. Hay vastos ejemplos y muy innovadores. A través de un convenio firmado con el Inta, se acordó que Bioceres (empresa formada por empresarios agropecuarios) financiará por 10 años el Programa de Mejoramiento de Trigo del Inta.

Otro de los proyectos que se están evaluando es la transformación genética de soja con genes antifúngicos, un convenio firmado con la Fundación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Bioceres.

En el Inta Castelar, bajo la dirección del Dr. Esteban Hopp, y el trabajo de la Dra. Mariana del Vas, la Ing. Dalia Lewi, y el Lic. Juan Pablo Allocati, se está estudiando la obtención de plantas transgénicas de maíz para que sean resistente al virus del mal de Río Cuarto. El plan de trabajo incluye diversas etapas hasta llegar a la aprobación de mercados, estimando como tiempo promedio cinco años y un costo de U$S 245.000, los cuales son aportados por 100 inversores, mediante la compra de cuota partes. Lograr el trigo, maíz y soja tolerantes a sequía y salinidad es otro proyecto de inversión, ya que el estrés hídrico durante todo el ciclo del cultivo, o en momentos puntuales provoca importantes disminuciones del rendimiento, por lo cual se buscan herramientas o características que permitan un mejor comportamiento de los cultivos.

Un grupo de la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Plata está trabajando en retardar la senescencia (consiste en prolongar la fotosíntesis).

La Asociación Argentina de Girasol (Asagir), promueve actividades de investigación científico tecnológicas orientadas a la resolución de problemas productivos del girasol y las financia, en forma conjunta con la Anpcyt (Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica). En dos de ellos se utiliza la biotecnología como método de trabajo; la obtención de plantas de girasol transgénicas que expresen múltiples genes antifúngicos. Para el proyecto se destina un monto total del subsidio de $117.955. También se está realizando la identificación de diferentes fuentes de resistencia genética a la podredumbre del capítulo de girasol mediante herramientas genómicas, con el investigador Alberto Escande del Inta, y se destinan $119,738.

Respecto a proyectos ya realizados, Asagir hizo un estudio sobre el impacto económico de la eventual utilización de eventos transgénicos de girasol en la Argentina, con el objetivo de evaluar las ventajas y desventajas de la utilización de cultivos transgénicos. Este trabajo fue realizado entre 2003/04 y arribó a que es técnicamente factible producir girasol transgénico, ya que no hay riesgos inmanejables respecto a la bioseguridad, la resistencia a glifosato es el evento biotecnológico que mejor se adaptaría. Además, la evolución del área está ligada a la rentabilidad relativa de los distintos cultivos.

Inversiones para futuros desarrollos

En el Indear (Instituto Nacional de Agrobiotecnología) se están analizando: la resistencia a estrés bióticos y abióticos de cultivos; el molecular farming, relacionado con la modificación genética de plantas para que funcionen como biorreactores. Esto apunta a la fortificación alimentaria, como la modificación de los ácidos grasos de los aceites. También están en desarrollo proyectos genómicos, destinados al secuenciamiento de algunas bacterias autóctonas o regiones de genoma de plantas, que servirán para futuras investigaciones y desarrollos. Para los proyectos de Indear, se estiman inversiones por más de $ 60 M y la mayor concentración de científicos e investigadores en Latinoamérica en genómica vegetal. Mientras que para la construcción se están destinanado u$s 4 M, y 8,9 para sueldos y equipamiento.

Eliana Ramos

eramos@infocampo.com.ar

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