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De la mano de la genética, el trigo creció tanto en Necochea que rompió los “techos”

En esta zona del sur bonaerense probaron una nueva variedad de trigo y lograron rindes que llegaron a superar los 7.000 kilos por hectárea, cuando el promedio en la zona suele ser 5.000. La ambientación, otro factor clave.

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Por Infocampo

Damián Gopar es asesor en la zona de Juan N. Fernández, a 100 kilómetros de Necochea, una región en la que predominan los campos “overos”, con suelos de poca profundidad y con rendimientos promedio de trigo que van de los 4.500 a los 5.000 kilogramos por hectárea (kg/ha).

“Nosotros siempre trabajamos con Nidera Semillas; sobre todo con Baguette 802 y Baguette 620. Este año decidimos hacer unas hectáreas con Baguette 820. La verdad es que teníamos algunas dudas, porque veníamos conformes con los materiales que ya conocíamos. Uno, como asesor, algunas veces es un poco reticente a los speechs de los comerciales cuando te dicen que una nueva semilla es mejor que la que ya venís usando. Pero tenían razón; el material nos sorprendió”, relata Gopar.

En concreto, sembraron cerca de 400 hectáreas con Baguette 820, una variedad del grupo de calidad 3, de ciclo largo con alto requerimiento de frío.

UN SALTO EN LOS RINDES DEL TRIGO

¿Cuál fue el resultado? Un rendimiento promedio de 6.720 kg/ha, con picos de 7.250 kg/ha. “¡Una locura! Porque, en un año bueno, el promedio de rindes en esta zona alcanza entre 5.000 y 5.200 kg/ha”, precisa el técnico.

Sobre todo si se tiene en cuenta que no se trata de una zona donde se puedan esperar estos rendimientos. “Ahora, si vos me decís ‘Miramar, 7.000 kilos’… Y bueno, es algo más probable”, completa.

Para Gopar esta campaña representó un hito: por primera vez se rompió el techo de rendimientos de trigo. “Por la zona no escuché estos rindes, ni siquiera en otros años”, asegura.

gopar trigo necochea

En referencia a la variedad usada en esta campaña, agrega: “La adopción de Baguette 820 implicó todo un descubrimiento, porque se adapta bien a las características de los campos de potencial medio. Siempre fui un fanático de Baguette 802, pero nunca alcanzamos estos rindes. Quizás porque le va mejor en ambientes con potenciales más altos, como pueden haber en la costa. Baguette 820 es más rústico, más versátil y más estable para esta zona”.

FECHA DE SIEMBRA Y AMBIENTACIÓN, OTRAS CLAVES

En este marco, vale mencionar que no solamente un cambio en la genética permitió perforar la barrera de los 6.000 kilos sin problemas.

Y si bien Gopar afirma que no hubo un manejo agronómico demasiado sofisticado –“fue bastante discreto y conservador”, resume–, sí hubo algunos aspectos de la estrategia agronómica que aportaron a lograr estos resultados.

En primer lugar, la fecha de siembra: el 3 de junio, con cosecha el 21 de diciembre y antecesor girasol. “Si extendés la fecha de siembra y lo tirás para más tarde, yo no sé si se obtienen estos resultados”, remarca.

El caso del campo del norte bonaerense donde el trigo “voló” y alcanzó rendimientos sorprendentes

En cuanto a la fertilización, también la define como “normal”, pero sí hubo un aspecto que hizo su aporte: tener todo el campo ambientado.

¿Por qué? Porque permitió hacer dos fertilizaciones nitrogenadas según los requerimientos de cada ambiente (de bajo, mediano y alto potencial).

El ambiente de bajo potencial, por ejemplo, es una especie de “maceta”, porque al haber tosca muy cerca de la superficie sólo hay 30 centímetros de tierra. En tanto que en el ambiente medio, la profundidad es de 80 centímetros, y en el ambiente de alto potencial alcanza 1,5 metros.

Sin embargo, en la zona recién se está estableciendo la ambientación y hoy sólo lo hacen para la fertilización nitrogenada. ¿Qué sucede con otro nutriente clave como el fósforo? Usaron 100 kilos de
arranque para todo el lote.

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Por otra parte, no se manifestaron grandes problemas sanitarios. Con poca presencia de mancha amarilla y roya amarilla, “aplicamos un sólo fungicida casi por protocolo”, resalta. Para eso ayudó que “llovió lo justo”, en el momento indicado y tampoco hubo picos de calor en noviembre y diciembre que “arrebaten” el cultivo.

En definitiva, para Gopar, la aparición de Baguette 820 fue toda una revelación, un hito no sólo en cuanto al despegue de los rindes, sino también por su perfil sanitario, estabilidad y adaptabilidad a la zona.

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