En la Argentina, cuando se atraviesa una coyuntura de crisis económica, una modalidad segura y tradicional es invertir el dinero para mantener la liquidez comprando dólares.Otros, en cambio, optan por la compra de propiedades, bien en zonas urbanas o rurales.Con respecto a la venta de establecimientos rurales, sus propietarios rechazan vender a precios que hasta marzo del 2008 eran muy altos por la poca oferta, demanda muy sostenida, y la buena rentabilidad.
Un punto que no debemos olvidar es que todo lo que el campo argentino produce se puede exportar, ya que se consume en el mercado mundial.
Si bien esta situación es favorable para el sector productivo, con la baja momentánea de los commodities, suba de insumos para la producción y la inflación generalizada, los márgenes de rentabilidad de la producción agropecuaria son muy inferiores.
La única excepción puede darse por adversidades climáticas, como ocurre en estos momentos con la sequía.Esto tiene incidencia en el precio de los commodities agrícolas, por la merma en las reservas de los stocks mundiales. Ahora bien, en campos con suelos de excelente calidad, ubicación y manejo sustentable, sus titulares son los que más se resisten a vender a valores decrecientes.
En este contexto, los establecimientos rurales que posean suelos de mediana a baja calidad son los que pueden llegar a comercializarse con más intensidad.
En el ambiente del negocio inmobiliario, uno de los comentarios que más se escucha en los últimos días es que los precios caerán entre un 10 y 15%.
Las causas de esta descenso serían la baja rentabilidad, reducción de los arrendamientos, la nueva modalidad en lo contratos de los alquileres, y el alto costo interno del dinero.
De esta manera, la reducción del precio es la usual en el momento de concretar las operaciones de compraventa de tierras. En la zona de la pampa húmeda, el denominador común que se percibe es el impacto de la seca.
Esta situación es generalizada, salvo una pequeña zona en la provincia de Buenos Aires compuesta por las localidades de Lamadrid, Laprida y parte de Coronel Suárez.
En esta región, las últimas precipitaciones abren una luz para la implantación de trigo. En ese momento, estimamos que esa situación se trasladará a un impacto positivo en la comercialización de tierras.
En líneas generales, las mejores operaciones no se han llevado a cabo en establecimientos de la zona núcleo, sino en campos mixtos fuera de esa zona.
Ing Cesar Rodiño
Especial para Infocampo
(Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario)
