Los operarios de cosechadoras tienen el trabajo más fuerte del año en alrededor de seis meses. Durante este lapso, el trabajo es incesante y llega a ser de hasta doce o catorce horas diarias porque son momentos en los que se busca encontrar y aprovechar al máximo el rinde.
Lo concreto es que el operador que durante seis meses trabaja incansablemente día y noche, luego tiene seis meses en los que no tiene tanta actividad. En este marco, hace unos días la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) hizo una presentación ante Federación Agraria, Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas para implementar en Santa Fe un “Convenio de Conductores de Máquinas Cosechadoras, Tractores y Ayudantes”.
Algunos puntos de este proyecto fueron rechazados por las tres entidades del campo y decidieron conformar una comisión especial para evaluar soluciones posibles justas para empleadores y empleados. “El tema es complejo porque el peón efectivo tiene una reglamentación pero el que está con las cosechadoras, como tiene un trabajo temporario, no tiene una figura jurídica adecuada aún”, explica el consejero de Coninagro, Miguel Boarini.
Desde la entidad cooperativa calificaron a la propuesta de Uatre como “desechable” en tanto no contempla “la realidad de los conductores ni su forma y estilo de vida”. Las entidades no consideran viable la propuesta porque “se pide una efectivización y la labor del maquinista no es efectiva”.
Según indicó Boarini, la propuesta de Uatre proponía, entre otras cosas, que se respeten ocho horas de trabajo, “pero en recolección de cosecha se llega a trabajar hasta 14 horas cuando el clima y el suelo lo demandan”. Además -explica-, al empleado le interesa trabajar más horas porque lo hacen a porcentaje y cuanto más trabajen más ganan. También se estipula feriado para medio día del sábado y todo el domingo, algo que tampoco sirve porque cuando hay que levantar el cultivo hay que hacerlo en tiempo y forma. “¿Quién se hace responsable si el domingo hay una tormenta y me lleva la cosecha?”, enfatiza Boarini, quien aclara que Uatre hizo una propuesta inicial y que cree que llegarán a buen término en breve.
Boarini cree que habría que hacer una especie de contrato del tipo de los que se le hacen a los trabajadores golondrina, “pero hay que buscarle una figura legal para que la actividad esté blanqueada y tanto el propietario como el empleado estén amparados por la ley”. La idea inicial sería hacer un aporte doble por los meses de trabajo, pero aclara que esto es un borrador porque legalmente no se sabe si está permitido.
“Otra sería la realidad si el trabajo durara más meses o si se pudiera buscar otra labor a la persona, pero algunos se dedican sólo a cosecha”, contó Boarini. La propuesta borrador de las entidades se empezará a discutir el martes 27 de junio en el Ministerio de Trabajo.
Juan I. Martínez Dodda
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