Todo parecería indicar que, luego de las reuniones mantenidas entre el secretario de Coordinación Económica, Guillermo Moreno, y los grandes jugadores del mercado cárnico, las últimas definiciones se tomarían en acuerdo con la Mesa de Ganados y Carnes.
Sin embargo, al cierre de esta edición no existía una fecha firme para el encuentro.
Lo que sí se pudo recabar es que el acuerdo contemplaría algunos puntos para uno y otro lado.
En primer lugar, se reduciría el peso mínimo de faena, algo muy solicitado por los ganaderos, quienes argumentan que esta medida restringe su capacidad para proveer, en forma constante, hacienda al Mercado de Liniers.
En una suerte de contraparte, el Gobierno solicita la inclusión de otras tres categorías (novillito, vaquillona y ternera) dentro del acuerdo con el sector privado por un precio de $ 2,40 el kilo vivo.
La intención del Gobierno es retrotraer los precios de la carne a los valores de referencia del Indec, computados en marzo pasado, cuando el kilo del producto promediaba los $ 6, en comparación con $ 8 del mes pasado.
Por otra parte, la idea de la administración kirchnerista es fijar un ínidice de referencia en las cotizaciones promedio del novillo en el Mercado de Liniers y la creación de un fondo fiduciario, que se nutriría del excedente que pudiera generar la misma demanda sobre los 2,40 pesos por kilo vivo.
Según trascendió, todos los ingresos superiores a este valor, obtenidos en base a la comercialización de los animales, se trasladarían a este fondo o reserva de dinero. Pero, aquí estarían surgiendo las divergencias, debido a que no se sabe quién manejaría este fondo, destinado a promover el crecimiento de la productividad del sector cárnico.
Las cámaras de consignatarios ya habrían anticipado cierto cuestionamiento: “En principio parece interesante, pero consideramos muy complicada su implementación”, señalaron fuentes del sector.
Entremedio de todas las negociaciones, se hizo pública la voluntad de Moreno de retomar “cuanto antes” (se habla de este viernes) las exportaciones cárnicas pactadas antes de la Resolución 114, que por ahora permanecen frenadas.
Mientras el gremio de los trabajadores de la carne habla de un total de 5.000 empleados desafectados de sus funciones, esta semana el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, volvió a sindicar como los responsables de la situación a los integrantes de la cadena cárnica, al calificar al mercado de “complejo y muy poco transparente”.
En declaraciones a la AM 950, el funcionario enfatizó que en el comercio cárnico “interviene una cadena en el valor, que actúa de modo bastante poco entendible y por momentos muy poco transparente. No se trata sólo de productores, sino productores, consignatarios, matarifes, frigoríficos consumeros, frigoríficos de exportación, cadenas de supermercados y carnicerías”, enumeró.
Más cortes dentro del acuerdo
El Gobierno impulsa la inclusión de nuevos cortes dentro del acuerdo de $ 2,40 el kilo en pie, a través de la incorporación de tres categorías: novillito, vaquillona y ternera.
La participación aproximada de estos cortes en las ventas minoristas rondaría el 20% en el caso de los novillos; 50% novillitos; 20% vaquillona, y 10% terneras, según cálculos del sector privado.
La estrategia oficial, además, contempla que el gusto del consumidor argentino en materia de carne bovina está orientado a animales más jóvenes, de mayor terneza.
