Las reglas de juego cambian constantemente, pero la nave va. Es que el negocio ganadero tiene sus tiempos; llega la época del destete, los tactos, y la rueda comercial empieza a girar, como todos los años. Nunca nadie hubiera imaginado que se iba a llegar a cerrar la exportación durante 180 días, pero ocurrió, y es un hecho. Veamos entonces, y a pesar de todo, qué está pasando en el arranque de la temporada de destetes.
Para Patricio Vrancic, operador de la firma Pedro Noel Irey, este año la ternerada está con menos peso, fruto de la falta de pasto de la primavera. Lo que hace esto es, por un lado, retrasar la salida de los animales al circuito comercial y, por el otro, reorientar la demanda, habida cuenta que hasta hoy sigue vigente la prohibición de faenar animales de menos de 280 kg.
“Los feedloteros están activos, comprando hembras, pero de 220 kg mínimo, con la idea de hacerle una pequeña recría y después sí terminarlas”, comentaba el operador. El precio, según dijo, está firme: entre 2,70 y 2,80 $/kg. Sin embargo, la medida del peso mínimo de faena invirtió la costumbre del mercado de pagar más por el animal liviano. Ahora, cuanto menos pesa menos vale el kilo.
En cuanto al macho, se dan precios muy sostenidos. Operaciones a 3,15 $/kg para animales de 175 kg eran usuales y un valor de $ 3,05 a 3,10 es lo común.
Lo esperable es que a partir de ahora comience a salir la hacienda al mercado. Pero el cierre del mercado externo genera más incertidumbre. Después de una primavera seca, en la cual no se pudieron hacer muchas reservas de pasto (rollos), se ingresa al otoño con buena humedad. Si el tiempo ayuda y las heladas se retrasan, los criadores van a disponer de algo más de pasto como para llevar a último momento la decisión de vender.
“Yo, todos los destetadores que tenía los vendí todos”, dice Fernando Palazzo, un médico veterinario y criador de la zona de Magdalena (Bs. As.). Evidentemente, la idea de los productores era destetar al ternero al pie de la madre para que cargue más kilos. “Lo que pasa es que al ternero liviano, de 140 o 150 kg, no lo quiere nadie”, agrega el profesional. En la zona, los campos están bien de pasto, explica, y hay resto para cargarle unos kilos más a la hacienda, todavía.
De todos modos, es factible que todos aquellos que “aguantaron” la hacienda todo lo que pudieron no tengan más resto y se vean obligados a vender, aun en estas circunstancias especiales del mercado.
Por el lado de la demanda, marcan que ésta viene de los invernadores de Córdoba, La Pampa y el oeste bonaerense. Pero si no se puede hacer novillo de exportación, es factible que éstos se pasen a la soja. Otra incógnita más respecto del futuro.
Por el lado del feedlot, Marcos Gatti, nutricionista de la firma Vetifarma, comentó que está habiendo problemas para llevar la hacienda hasta los 280 kg de peso mínimo. “Estoy viendo corrales con animales que están con 260 kg y hay que llevarlos a más peso, por esta restricción para la faena”, dijo. En cuanto a cómo están comprando, coincidió en que buscan hacienda por arriba de los 200 kg, pero que no hay mucha oferta de invernada. “Los corrales de los feedlots de hotelería están a la mitad de la capacidad, y si había incertidumbre, ahora hay más.¡¨
Unos que podrían zafar
Por estos días, en un feedlot cercano a Zárate se estaban acopiando unos 18.000 novillos, que iban a ser exportados en pie a Egipto en la semana del 13 de marzo.
Es hacienda cruza índica comprada en el norte, todo macho, con pesos que van de 270 a 370 kg y sin terminación. Precisamente, la idea era hacerles el engorde durante el viaje hasta el país africano.
Si no ocurre nada extraño, la operación podría concretarse igual, ya que el anuncio que hizo la ministra de Economía sobre el cierre de las exportaciones es para las carnes vacunas y no para los animales vivos. Está pensado que los animales embarquen directamente en Zárate.
