En la presente campaña, la utilización de fungicidas ayudó a minimizar el impacto de la roya en Tucumán, donde las aplicaciones no sólo fueron preventivas sino curativas. En el resto del país, donde el hongo volvió a tener una aparición tardía, “se verificó un incremento del área fumigada en forma preventiva y mejoró mucho la situación de los cultivos en cuanto a las enfermedades de fin de ciclo”, detalló a Infocampo, Maximino Borsi, gerente de marketing de BASF Agro.
En un mercado de fungicidas en soja de alrededor de 50 M de dólares, es decir de unas 4 M de ha fumigadas, la campaña 2005/2006 no registró pérdidas de importancia por la roya de la soja.
Salvo la situación registrada en Tucumán, en el resto del país la enfermedad sólo preocupó cuando apareció en las provincias de Buenos Aires y Córdoba.
En este contexto, Borsi especificó que”en base a nuestra información comercial, estimamos que el productor estuvo en alrededor de los 200 kilos más de producción, merced al escaso impacto de las enfermedades de fin de ciclo. Siempre hablando de aquellas zonas ecológicas donde la soja anduvo bien”, aclaró.
Según el directivo de BASF, en los últimos 4 años, “la tasa de retorno es de 3 a 1 y por eso ha subido tanto la aplicación de fungicidas”, que pasó de las 60.000 ha de hace 3 años a las actuales 3 M de ha.
De la campaña 2004/2005, cuando el mercado realmente se revolucionó por la aparición del hongo “y los productores no sabían si iba a haber stock de fungicidas, ni la performance de los productos” a la actualidad, la gran cantidad de producto adquirido por las empresas y los agricultores debió ser reutilizada en otros cultivos.
“Hubo mucha cantidad del producto que se destinó también a los cultivos de maní y trigo”, dijo Borsi, quien anticipó -también- que los precios se mantendrán estables, “de no haber cambios drásticos en el valor del petróleo, los insumos y los fletes”.
Por otra parte, un distribuidor de la zona sur de Santa Fe aseguró a Infocampo que algunos productores también guardaron fungicidas y otros los utilizaron contra las enfermedades de fin de ciclo. “Pero las compras bajaron en la campaña 2005/2006”, sentenció.
Entre Ríos monitoreó sus lotes
En la sede de ACA Entre Ríos, el sector público y privado expuso ayer los resultados de la segunda campaña de detección temprana de la enfermedad en el territorio provincial.
En el encuentro, el subsecretario de Asuntos Agrarios y Recursos Naturales de la provincia, Ricardo Amavet, puntualizó que la presente campaña resultó benéfica en cuanto a enfermedades, ya que no se observaron ataques de roya en momentos claves del cultivo.
El hongo, de hecho, se hizo presente en la etapa final del ciclo, pero el trabajo de monitoreo permitió determinar que no se dieron las condiciones para que el mismo tenga una incidencia importante, lo que evitó mayores gastos a los productores en un año donde los rendimientos fueron bajos en general en toda la provincia.
Esta es la segunda campaña en la que se pone en marcha un trabajo de este tipo, en el que el gobierno provincial, el INTA y las entidades ligadas en forma directa al agro provincial acordaron desarrollar un sistema de monitoreo a campo en lotes destinados al cultivo de soja, a los efectos de minimizar el impacto ante la probable aparición de la roya.
La labor fue desarrollada por técnicos y profesionales de empresas privadas, cooperativas y estudiantes avanzados de agronomía, capacitados para tal fin, quienes -además- realizaron pasantías en entidades del sector cooperativo en toda el área agrícola de Entre Ríos.
La vital detección temprana
La Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) de Entre Ríos, junto al Inta y la Secretaría de la Producción provincial realizaron en la presente campaña un monitoreo permanente de la roya asiática sobre los cultivos regionales, con el objetivo de detectar en forma temprana la presencia de esporas.
Marianela Garbini
mgarbini@infocampo.com.ar
