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Denuncian que el 40% de las ventas de harina se realizan en negro y precarizan la actividad

En el marco del paro iniciado por los molineros el pasado sábado, Carlos Barbeito, de la Unión Obrera Molinera Argentina, aseguró que la industria "viene entrando en un proceso de precarización" que lleva a que las ventas de harina que se realizan "en negro", alcancen un 40%. El dirigente advirtió asimismo que esta venta ilegal de harina actúa "como un disparador" en toda la cadena.

En el marco del paro iniciado por los molineros el pasado sábado, Carlos Barbeito, de la Unión Obrera Molinera Argentina, aseguró que la industria "viene entrando en un proceso de precarización" que lleva a que las ventas de harina que se realizan "en negro", alcancen un 40%. El dirigente advirtió asimismo que esta venta ilegal de harina actúa "como un disparador" en toda la cadena.
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Por Infocampo

Barbeito, secretario general de la Unión Obrera Molinera Argentina (UOMA), manifestó en Infocampo TV que el paro que comenzó el sábado tiene como objetivo “hacernos escuchar por el gobierno y que se involucre en el problema que tenemos en la actividad”.

En este escenario, destacó la necesidad de que las autoridades nacionales tomen las medidas necesarias como para encontrar una solución a este conflicto.

El dirigente señaló que si bien el reclamo data de varios años, se agravó a partir del año 2000.

De este modo, expuso que “la industria molinera viene entrando en un proceso de precarización y hoy tenemos, como resultado, que el 40% de la harina que se vende en el mercado se realiza en negro”.

El secretario de UOMA argumentó que se trata de una “actividad marginal” y “un trabajo precarizado”, que desplaza a lo que se denomina “molinería tradicional, que es la que genera los puestos de trabajo genuino”.

Barbeito manifestó que es la tercera vez, dentro de un breve período, que los molineros se ven obligados a recurrir a esta medida de paro por tiempo indeterminado.

En este sentido, aseguró que “no queremos hacerlo, y sabemos que, en pocos días, puede afectar el abastecimiento de harina en las panaderías, lo que puede acarrear un aumento de precios o falta de pan directamente”.

Sin embargo, resaltó que “desafortunadamente, tenemos que llegar a estas medidas extremas para que se nos escuche”.

Siguiendo con esta línea, explicó que el 11 de julio, los molineros realizaron un paro con movilización y le llevaron un petitorio al presidente de la nación, Néstor Kirchner.

“Lamentablemente, por razones de agenda, no fuimos recibidos por él”, disparó Barbeito, para agregar que “el 8 de agosto realizamos un paro que, a instancias del ministro de Trabajo (Carlos Tomada), fue suspendido, ya que se comprometió a llevar nuestra preocupación a instancias superiores”.

El dirigente aseguró que “luego de un mes no tenemos resultados y, por eso, retomamos, a partir del sábado pasado, esta medida”.

En este sentido, el secretario de UOMA, sostuvo que “lamentablemente, no son muchos los caminos que nos quedan”.

Barbeito fue más allá y agregó que “somos los menos interesados en llegar a esta instancia y sabemos que esto termina perjudicando en un corto plazo al consumidor, a la gente de menores recursos”.

Por otro lado, el dirigente destacó que “existe otro tema más complicado todavía: la harina en negro actúa como un disparador que después se repite en toda la cadena de farináceos”.

Así, se refirió a la industria del pan, y destacó que, en este sector, entre el 40% y el 50% de la actividad se desarrolla de manera ilegal, mientras que el 60% de los trabajadores de la industria panadera también están fuera del sistema provisional, lo que constituye un problema de gravedad significativa.

Barbeito señaló que “lo mismo pasa con los fideos y las galletitas. Por esa razón, tenemos la necesidad de encontrar caminos de resolución de estos problemas”.

El dirigente aseguró que “nosotros ya hemos empezado a conversar con compañeros de esas actividades y, muy puntualmente, con la Federación de Panaderos, para ver de qué manera coordinamos esfuerzos para que se escuche al sector”

¿Quiénes serían los ilegales?

Barbeito destacó que existe lo que se distingue como “nueva molinería y que, al amparo a veces -inclusive insólitamente- de leyes de promoción provinciales, como pasa en Córdoba, aparecen instalándose en pueblos agrarios”.

El dirigente explicó que “esas empresas generalmente carecen de todo control, no solamente en cuanto a la fiscalización en el pago de los impuestos, sino también en otros controles que tienen que ver con la salud de la población”.

El dirigente aseguró que “nosotros los conocemos, y los hemos denunciado reiteradamente”.

Por otro lado, señaló que “el responsable es el Ministerio de Economía y, a través de él, distintas áreas como la Secretaría de Agricultura o la ONCCA”.

Si bien el secretario de UOMA reconoció que este escenario de comercio ilegal se desarrolla hace tiempo, destacó que “cada día se agrava mucho más”.

Asimismo, expuso que “precisamente en este momento, y con las dificultades que se han presentado ahora para exportar harina a los países limítrofes como Brasil, Chile y Bolivia, donde cada vez tenemos mayores barreras, la capacidad industrial ociosa, que ya alcanza un 50 %, se agrava con la harina que se deja de exportar, lo que tiene el efecto de una bomba de neutrones”.

Verónica Scornik

vscornik@infocampo.com.ar

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