La baja productividad que presentaron muchos lotes por problemas climáticos provocó un incremento en el área no cosechable, que al momento llega al 10% del total nacional, superficie que fue destinada al pastoreo.
Las condiciones climáticas no se presentaron favorables en la etapa crítica de desarrollo de los cultivos. Las lluvias registradas a fines de enero beneficiaron a los cultivos en forma heterogénea, especialmente a los sembrados tardíamente. Además, la disparidad en las lluvias generó rindes muy variables dentro de las distintas zonas de producción, situación que tornó difícil la estimación de un promedio de rentabilidad representativa.
El área sembrada con maíz se ubicó en 3M de hectáreas, según la Sagpya, lo que representa una caída de 10% respecto del ciclo 2004/2005.
El área destinada a maíz para uso comercial fue la que experimentó la mayor caída, de 17,8%, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, desde donde indicaron que al 26 de mayo las tareas de recolección del cereal alcanzaban el 81%, con rindes promedios de 64,5 quintales por hectárea, con mejoras evidenciadas a medida que avanza la trilla de los cultivos tardíos. Esta productivad media a nivel nacional, si bien es superior a la estimada previamente, todavía se ubica un 15% por debajo de lo alcanzado el año pasado.
En el plano internacional, el buen ritmo y las buenas perspectivas que se presentan para la demanda de maíz norteamericano está impulsando los precios. Además, todavía persiste la incógnita respecto del momento en que China se volcará al mercado como importador de maíz.
