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El camino de los 104 qq/ha de soja

Kip Cullers es el verdadero rey de la soja: sacó en 2007/08 10.400 kg/ha en su campo de Missouri, EE.UU., batiendo su anterior marca de 9.400 kg/ha. ¿Cómo lo logra?

Kip Cullers es el verdadero rey de la soja: sacó en 2007/08 10.400 kg/ha en su campo de Missouri, EE.UU., batiendo su anterior marca de 9.400 kg/ha. ¿Cómo lo logra?
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Por Infocampo

Desde su campo en Stark City, en el estado de Missouri (EE.UU.) Kip Cullers se ha convertido en el verdadero “rey de la soja”.

Este farmer participa anualmente del concurso de máximos rendimientos (como el que se hace en la Argentina). En 2006/07 dio el batacazo obteniendo un rinde de 9.400 kg/ha. Pero si se pensaba que era insuperable, a la campaña siguiente alcanzó los 10.400 kg/ha o 155 bushel por acre, medidas de uso frecuente entre los farmers.

Ese súper rinde lo obtuvo con una variedad de grupo de madurez 4.8, la 94M80 de Pioneer, en buena parte obtenida por el programa de la compañía en la Argentina.

Cullers utilizó una densidad de siembra alta para lo que es el uso en nuestro país: 543.000 plantas emergidas por hectárea. Incluso fue una densidad menor a la que había utilizado en 2006/07 (600.000 pl/ha).

Ese rinde fue promedio para un lote de 40 acres (17 ha), que trabaja con labranza convencional.

La semilla fue tratada con el inoculante Optimize. “Las raíces tenían el doble de tamaño que las comunes”, comentó el farmer.

El lote estaba bajo riego y ayudó que durante el ciclo de cultivo hubo poca nubosidad. Incluso hubo 60 días sin lluvias, durante los cuales el agua del cultivo fue íntegramente aportada por el equipo de riego. Se cree que esto ayudó a lograr semejante rinde.

En cuando a la fertilización, Cullers había aplicado cama de pollo, un fertilizante orgánico bastante común en determinadas zonas de los EE.UU., ya que viene de los criadores avícolas.

A partir de la floración, el productor hizo dos aplicaciones de fungicidas (Headline) y una de insecticidas (Warrior).

Un dato interesante es que esta variedad de soja tiende a dar cuatro semillas por vaina, frente a lo más común que es tres. También destacó la calidad de siembra obtenida con una sembradora

Monosem, que le permitió la implantación deseada. Bajo cualquier ambiente en el que el genotipo se encuentre correctamente adaptado, más el adecuado manejo de la radiación, y si además consideramos la oferta hídrica la nutrición, y la sanidad óptima, desarrollaremos una máquina de producir rendimiento.

‘Aunque todo nuestro manejo sea perfecto, siempre distaremos del potencial ‘mencionó Díaz- Zorita- ya que habrá escapes en el rendimiento que no son compensados ni por manejo ni tampoco por aplicación de insumos.’

En la Argentina, bajo un concurso de similares característica, el rendimiento máximo se mantiene por encima de los 6.500 kg/ha durante las últimas cuatro campañas, con un pico de 71 qq en 2005/06.

Estos rendimientos, también conducidos, pero más tangibles, bajo las condiciones de manejo a campo argentinas, son un indicio de las perspectivas que restan por explorar, y si le agregamos la experiencia norteamericana, también vemos las metas que podemos alcanzar.

Nuestra amplia área sojera bajo secano muestra cómo la oferta hídrica, un factor limitante, sólo eleva la productividad levemente por encima de los 70 qq, aunque de seguro, en microambientes con influencia de la napa, los rendimientos pueden trepar hasta los 8.000 kg.

Infocampo dialogó con el ingeniero agrónomo Rubén Cucagna, quien es el asesor del plantío de soja del productor Carlos Ramos, ganador del último concurso de máximos rendimientos 2007/08 en la zona de Salto.

El técnico deslizó un dato interesante que deja ver cómo si no se conjugan tanto la innovación biotecnológica por parte de los semilleros, generando variedades adaptadas a cada uno de los ambientes de nuestra región, y si tampoco esa mejora es reconocida por el productor en la formación de altos rendimientos, los horizontes alcanzables se opacan.

Cucagna mencionó que durante la campaña 1997/98 también lograron el primer premio con 60 qq de soja, lo cual tan sólo es 10% menos del rinde con el que ganaron la última campaña.

‘Si aspiramos a ser partícipes del mercado mundial de 310 millones de toneladas al año 2020, nuestro salto de superación nacional debe ser enorme -concluyó Díaz-Zorita.

De esta manera si no utilizamos la genética adecuada y no protegemos el cultivo, no es que nos desplazamos hacia zonas de menor potencial, sino que cultivamos en ambientes con mayor cantidad de restricciones que no logramos solucionar.’

A nivel mundial, los objetivos de los mejoradores son acompañar el crecimiento del cultivo hacia ambientes de estrés. Ejemplo claro del esfuerzo de los genetistas lo demuestra Estados Unidos, donde el área sojera está extendida hasta los límites con Canadá, sembrando materiales de grupos de madurez 00 ó 000, de ciclo extremadamente corto, y que fueron desarrollados en menos de diez años.

Cabe destacar que ello también es posible gracias a que allí el retorno económico del desarrollo es mucho más rápido de lo que ocurre en la Argentina.

A nivel local, actualmente entre las líneas de trabajo de cualquier programa de mejoramiento de soja el desafío está puesto, principalmente, en mejorar la tolerancia a factores de estrés (sequía, temperatura) y en la adaptación de la genética en el entorno de plagas.

(Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario)

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