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La inspiradora historia de Sergio Sánchez, un coronel retirado que hace ganadería en Formosa

Tras egresar en el Colegio Militar, fue trasladado al Regimiento de Infantería de Monte 29 con asiento en Formosa, donde conoció a su esposa. Hoy, a siete años de su retiro, volvió allí a producir carne a pasto y tiene además una cabaña de Caballos Criollos.

Lucas Mich
Por Lucas
Mich

Nacido en la localidad bonaerense de Tres Lomas, Sergio Sánchez, siempre soñó con defender la Patria, y fue así que inició una extensa carrera militar que le permitió llegar al grado de Coronel del Ejército Argentino, del arma de Infantería.

Su vida transcurrió con esfuerzo y dedicación, incluso se recibió anticipadamente en el colegio militar debido a la Guerra de Malvinas en 1982, por lo que fue trasladado a prestar servicio en el Regimiento 29 en Formosa.

Allí, donde estuvo sólo ocho meses, conoció a una joven mujer que luego se convertiría en su esposa, con quien llevan casado 39 años y formó una familia de 4 hijos.

“Formosa fue mi primer destino y actualmente es el lugar que me inspira para seguir manteniéndome activo y exigido”, cuenta el militar retirado que hoy es productor ganadero.

DEL CUARTEL AL CAMPO EN FORMOSA

Es que junto a su esposa, heredó de sus suegros un campo de 70 hectáreas en la localidad de Riacho He-He, en el departamento Pilcomayo, en Formosa, que hoy maneja con eficiencia y dedicación, donde produce ganadería a pasto y también fundó una cabaña de Caballos Criollos, su otra gran pasión.

“El campo está ubicado a 80 kilómetros de Clorinda y a unos 110 kilómetros de Formosa Capital. Es un campo de aptitud agrícola pero decidimos hacer ganadería, debido a la dificultad para contratar servicios de siembra y cosecha. Por otro lado la ganadería es una actividad, que gestionada con eficacia, resulta rentable”, cuenta el entrevistado.

Sánchez advierte que en la provincia de Formosa todavía hay mucho por hacer. “El agua es una limitante, el movimiento ganadero mayormente extensivo y con prácticas de manejo donde no abundan las practicas dotadas de más y mejor tecnología complejizan la situación. Nuestro pequeño emprendimiento vino a revertir esas condiciones, buscando mayor productividad mediante un trabajo eficiente”, manifiesta en diálogo con Infocampo.

UN PROYECTO PRODUCTIVO QUE CRECE

El militar retirado señala que gracias a una maestría que hizo en Economía y Gestión,  y el asesoramiento de un gran amigo Ingeniero Agrónomo, diseño un proyecto productivo adaptado a las circunstancias propias del establecimiento.

Durante los primero tres años estuvo sólo, concretando el proyecto en el campo, hasta que su esposa Lucía Bobadilla se jubiló de docente jardinera en Capital Federal, y se volvió a Riacho He He, para continuar su vida junto a Sergio.

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Nos trazamos objetivos y metas y descubrimos que lo más rentable en este campo era hacer ganadería intensiva, y producir terneros. Por ese motivo, en las 70 hectáreas se trazaron 8 potreros, que a su vez se dividieron en callejones, y en esos callejones se delimitaron pequeñas parcelas, buscando concretar lo que se conoce como pastoreo racional”, indicó Sánchez.

Según explicó, la pandemia le permitió aprender sobre la actividad de manera virtual, llevando a cabo diferentes cursos a distancia con el Instituto de la Sociedad Rural Argentina, y participando de diversas charlas sobre genética, sanidad, nutrición, reproducción equina, entre otras.

“Las primeras vacas que compramos fueron Braford y lo hicimos sobre todo por su mayor docilidad. Si bien no son tan rústicas como los Brangus, es una raza que se ajusta al logro de los objetivos de producción que nos fijamos”, sentenció el entusiasta.

Una vez instalado en el campo, donde construyó una vivienda familiar para compartir su nueva vida junto a Lucía y uno de sus hijos, el productor adquirió toros de pedigree de cabañas de la zona y comenzó la tan ansiada producción de terneros.

“Empezamos a vender lo que iba saliendo, al principio no teníamos muy buenos indicadores, a medida que fuimos sembrando pasturas perennes, mejoro la calidad y cantidad de oferta forrajera. También recurrimos a suplementar durante los primeros inviernos al no alcanzar la pastura, algo que ahora ya no hacemos porque disponemos de forraje en cantidad y sumamos algunos potreros donde logramos que se cubrieran de leguminosas nativas, consecuencia del pastoreo racional. Desde ahí comenzamos a lograr objetivos”, asegura.

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Por otra parte, cuenta que comenzaron a realizar inseminación a tiempo fijo, y pasaron de toros controlados a otros de registro definitivo.

Desde hace un par de años estamos invirtiendo en renovar el rodeo, pasando de vacas de rodeo general a vaquillonas de registro, notando que con estas acciones cada día estamos produciendo mejor”, aclaró convencido.

AFIANZANDO EL MANEJO

Hoy el establecimiento Santa Clara, como se llama el emprendimiento formoseño, cuenta con 50 vientres y 2 toros de registro definitivo. Los resultados demuestran a las claras que el trabajo que realiza Sergio junto a su familia está dando frutos.

Alcanzamos un 90 % de preñez, y más de un 80% de terneros logrados”, dice el productor. Además, recuerda que los 3 años de seca está dificultando la actividad por estos días en la región. “Estamos en un momento muy difícil, con temperaturas elevadas, llueve poco, y entiendo que todo eso incidió en los indicadores de cría”, reconoce.

Ganadería de precisión: el INTA lanzó una app que calcula la superficie de pastoreo

Sumado a esto, la disponibilidad de agua siempre fue una limitante para producir. “Algunos productores, sea por falta de recursos o por tradición, confía en el clima. No entiendo cómo se puede hacer depender la producción de un hecho climático que no podemos gobernar, pero es así; no obstante, desde hace un tiempo a la fecha, algunos pocos han optado por hacer perforaciones”, comenta con preocupación.

Por ese motivo, Sánchez tiene dos perforaciones realizadas en las 70 hectáreas, que le permite contar con agua de manera constate para que sus animales puedan beber. “Un pozo nos permite obtener agua dulce de buena calidad y en el otro notamos que el agua es un poco más amarga. Sin embargo es lo que tenemos y eso nos otorga cierta certidumbre”, explicó.

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Hace siete años, con su retiro en el Ejército, tomó la decisión de dejar su casa del barrio porteño de Colegiales y comenzar una nueva etapa en su vida que transcurre con felicidad en el campo.

“Durante mi carrera de militar anduvimos recorriendo una parte importante de la Argentina, viviendo en diferentes sitios. Para mi llegar acá no fue difícil, más aún teniendo la familia al lado y muchas ganas de emprender”, destaca.

Su esposa, que fue docente jardinera, ya jubilada, es quien lo ayuda a diario en el campo. Además, uno de sus hijos, es parte del equipo que trabaja en el emprendimiento de Formosa. “Aquí también conformamos una pequeña cabaña de Caballos Criollos debido a mi amor por esta raza”, contó Sánchez.

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Sergio Sánchez, junto a su esposa Lucía Bobadilla.

Respecto a su esposa, destacó lo importante que es en su vida. “Mi señora también participa muchísimo de esto, sin ella no podría hacer nada, cuando voy a cargar el agua para repartir en alguno de los potreros ella me acompaña y trabaja a la par mía”, puso de ejemplo.

Para mostrar su trabajo en esta provincia del noroeste argentino, tiene un canal de YouTube y difunde parte de sus actividades en su cuenta de Instagram, donde comenta lo difícil que es producir cuando el clima no colabora. Pero también, “los momentos donde las actividades salen como uno quiere”.

Para Sergio, la vida no cambió demasiado. Ya sin armas pero con muchas herramientas, sigue dando batalla a una actividad que no es fácil de desarrollar en Formosa. Sin embargo, sus ganas y el empuje de no quedarse quieto lo hace crecer y formar un emprendimiento que continúa logrando objetivos.

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