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El comercio mundial de harina cobra impulso

La tirantez existente en el mercado mundial de trigo y los controles de exportación impuestos por algunos países hicieron la harina más disponible y aún más barata que el grano. La Argentina creció 50% en exportaciones.

La tirantez existente en el mercado mundial de trigo y los controles de exportación impuestos por algunos países hicieron la harina más disponible y aún más barata que el grano. La Argentina creció 50% en exportaciones.
infocampo
Por Infocampo

Las transacciones mundiales en 2007- 2008 están previstas para aumentar 9% respecto de la temporada anterior.

Esta previsión hecha por IGC (International Grains Council), en su reporte de marzo, presenta un cambio a anteriores estimaciones que marcaban que el comercio mundial de harina se mantendría en los mismos niveles que los registrados durante la campaña 2006-2007 (9,7 Mt).

En cambio, la última previsión, 10,6 Mt, significaría embarques similares a los de 2005-2006, que fueron los mayores desde el récord de 1996- 1997: 11,1 Mt.

La explicación que dio IGC en relación con la proyección realizada en noviembre último advierte sobre una disponibilidad de molienda más acotada y restricciones a la embarcación de granos de algunos países exportadores.

De esta manera se impulsan compras de harina, más notablemente en Sudamérica, Europa oriental y Asia del este.

En nuestro país las proyecciones realizadas para este año en materia de exportación rondan el 1,5 Mt, un crecimiento de 50% respecto de 2007.

Según estas estimaciones, la Argentina se convertiría en el tercer exportador mundial de harina, manteniendo un crecimiento constante desde 2002, cuando se exportaron 351.000 toneladas.

Se cerraron acuerdos internacionales con países que antes se nutrían de granos norteamericanos. Venezuela, Cuba y Ecuador son algunos que han optado por comprar el producto industrializado nacional en lugar del grano estadounidense.

Venezuela, en febrero de este año acordó con nuestro país la compra de 60.000 toneladas en partidas de 10.000 toneladas mensuales.

El producto industrializado con trabajo y valor agregado argentino desplaza a la materia prima que anteriormente se adquiría en América del Norte.

En ese sentido, la Argentina sigue manteniendo los clientes tradicionales: Brasil compró harina por más de medio millón de toneladas en 2007 y Bolivia adquirió 222.000 toneladas.

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