Nestlé, la mayor empresa de alimentos del mundo, y Kellogg, el mayor fabricante estadounidense de cereales para desayuno, no pueden subir los precios de sus productos lo suficientemente rápido como para amortiguar el alza de los valores de los commodities agropecuarios.
Nestlé, con sede en Suiza, dijo el 7 de agosto pasado que los beneficios del primer semestre crecieron un 5,9%, el ritmo más lento en cuatro años, por el encarecimiento del cacao y el café.
Kellogg dijo el 31 de julio que el crecimiento del 3,7% registrado por el beneficio neto en el segundo trimestre se vio limitado por el elevado costo de producción de alimentos tales como las galletas saladas Cheez-It y las tartaletas Pop-Tarts.
El maíz, utilizado en el cereal Frosted Flakes de Kellogg y la harina de maíz Albers de Nestlé, cayó un 35% desde el récord registrado el pasado 27 de junio, aunque sigue un 50% más caro que hace un año.
“Los fabricantes de alimentos enfrentan un dilema’, dijo hoy Stephen Pope, estratega jefe en Londres de Cantor Fitzgerald en una entrevista telefónica. “Si suben los precios demasiado, las ventas caerán porque los consumidores cambiarán a otras marcas, pero si no los suben, sus márgenes se erosionarán’, añadió.
El director financiero de Nestlé, Jim Singh, dijo que los consumidores están comprando productos más baratos, lo que limita los beneficios obtenidos con marcas como las comidas preparadas Stouffer en Estados Unidos. El crecimiento de las ventas en la división de nutrición, en la que los márgenes son mayores, bajó en el segundo trimestre.
Kellogg, con sede en Michigan, subirá los precios en 2008 porque los costes han aumentado más de lo esperado, dijo el responsable ejecutivo David Mackay, de 52 años, en una conferencia telefónica sobre los beneficios. No es el único caso.
Fuente: Bloomberg
