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El mercado del glifosato aparece muy presionado

Atanor y Monsanto se disputan el liderazgo. Sumado al efecto del producto importado de la China, los precios se desplomaron a dos dólares el litro y menos todavía en operaciones de gran volumen.

Atanor y Monsanto se disputan el liderazgo. Sumado al efecto del producto importado de la China, los precios se desplomaron a dos dólares el litro y menos todavía en operaciones de gran volumen.
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Por Infocampo

Con la cosecha de soja, el principal cultivo del país, en plena cosecha, el mercado de los agroquímicos está viviendo una guerra comercial con dos grandes protagonistas, Atanor y Monsanto. El objeto del deseo es la captación del mercado del glifosato, el herbicida que, asociado a la siembra directa y a la soja RR, representa aproximadamente la mitad del total del negocio de agroquímicos en la Argentina, esto es unos u$s300 millones, sobre un total de u$s600 millones.

El producto que en el 2004 llegó a valer 3,60 dólares el litro, hoy, a duras penas, se está sosteniendo en torno de los 2 dólares y con operaciones por debajo de ese valor también.

Atanor es una compañía perteneciente al grupo estadounidense Albaugh, que posee dos plantas de elaboración en la Argentina y cuyo principal competidor es la también estadounidense Monsanto, conocida en el mercado por su marca de glifosato Roundup.

“A diferencia de Monsanto, Atanor no tiene una cadena de distribución tan organizada, pero igual le venden a todos. Pueden ser comercialmente muy agresivos, aun en estos momentos donde no hay mucho demanda porque así desalientan a otros de importar el producto”, señala ayer miércoles un distribuidor de agroquímicos con base en Bragado. Es que a los fabricantes locales, los chinos, les marcan el precio. Ese país asiático es un fuerte proveedor de la sal que se utiliza para formular el producto final.

En los primeros cuatro meses del año se importaron 10.300 toneladas por un valor de 32,3 millones de dólares. Pero casualmente fue Atanor el principal importador y Monsanto el tercero, aunque en este caso el origen fueron los Estados Unidos. En segundo lugar (ver recuadro) aparece Nidera, una compañía que quiere terciar en este mercado con su marca Zamba.

Según comentan los distribuidores, la estrategia de Atanor es ligar la posibilidad de buenos precios a la compra de semillas híbridas de girasol o maíz de su compañía controlada, Atar Semillas Híbridas. “Si hacés la cuenta te da un precio muy bajo del glifosato, pero en realidad tenés que llevar esa semilla”, sostienen.

Monsanto, que no se queda atrás, salió a pelear el segmento del glifosato genérico con la marca Fosato. Además está ofreciendo algunos híbridos de muy buen perfil, como el DK 682, a precios bastante inferiores que los que manejaba el año pasado, trascendió en el mercado.

Pero el otro segmento, el de los glifosatos premium, también está muy competido. “Dow tiene ahí el Panzer Gold, un producto en torno de los 4,40 a 4,50 dólares el litro, para competirle al Round Full II de Monsanto”, comenta el distribuidor de Bragado.

“Los únicos que salen ganando con esto son los productores. Un precio por debajo de 2 u$s/l nos saca de mercado”, se quejaba un formulador local, que importa la materia prima de la China.

Un hito en el agro

El producto le cambió la cara a la agricultura. Fue desarrollado por técnicos de Monsanto y se caracteriza por su baja toxicidad y amplísimo espectro de control. Pero el boom se dio con la combinación del herbicida con cultivos manipulados genéticamente para desarrollar resistencia al mismo. De esa forma, al aplicarlo mueren todas las malezas excepto el cultivo.

China lidera en materia de importaciones

Las estadísticas indican que en los primeros cuatro meses del 2006 ingresaron en la Argentina 10.300 de sal ácida de glifosato, la materia prima para la formulación del producto final, por un valor de u$s32,2 millones.

De las operaciones participaron 26 importadores, cuyo principal origen fue China.

Pero el principal comprador resultó ser Atanor, que introdujo 3.400 toneladas por un valor de u$s10,6 millones, o sea, un precio unitario de 3,11 u$s/kg.

En segundo término aparece Nidera, que en el mercado opera con la marca Zamba. La compañía importó algo más de 1.000 toneladas, por valor de u$s3,05 millones y a un costo unitario de 3,01 u$s/kg.

En tercer lugar figura la subsidiaria local de Monsanto, que importó 800 toneladas desde los EE.UU., por valor de u$s3 millones, o sea, a un valor unitario de 3,75 u$s/kg. La diferencia con los anteriores se explica justamente por el origen.

En el 2001 y con la patente vencida en casi todo el mundo, la compañía llevó un proceso global, que incluyó a la Argentina, en contra del presunto dumping de los exportadores chinos.

Estos procesos fueron ganados en la Unión Europea y Brasil y perdidos en Australia y la Argentina.

También en ese momento, los valores locales del herbicida habían caído a niveles similares a los actuales. Curiosamente, una vez concluido el proceso, el glifosato empezó a subir y llegó hasta niveles de 3,60 u$s/l.

Javier Preciado Patiño

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