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En el campo aún creen en la potencialidad del trigo

En el congreso realizado en Mar del Plata se identificaron cuáles son las falencias del trigo y en qué hay que trabajar para expresar su potencialidad. Opinión de los acopiadores respecto de la situación con el Gobierno.

En el congreso realizado en Mar del Plata se identificaron cuáles son las falencias del trigo y en qué hay que trabajar para expresar su potencialidad. Opinión de los acopiadores respecto de la situación con el Gobierno.
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Por Infocampo

Con la asistencia de 2.000 personas entre empresarios, productores y técnicos concluyó el pasado viernes “A todo trigo” y “Agrotendencias 2006” con el desafío de seguir apostando a un cultivo muy politizado en los últimos días.

“En nuestro país, la actividad agropecuaria tiene sentido básicamente en su carácter de actividad vinculada con la exportación, con inserción en el mercado mundial; es justamente este perfil lo que la hace sustentable y permite atender las necesidades del mercado interno”, dijo Raúl Tomas, presidente de la Federación de Acopiadores, durante su discurso inaugural.

“Para participar del mercado mundial es indispensable ser confiables, garantizar la provisión constante de mercadería, porque todos sabemos que es muy difícil ganar mercados en el mundo pero muy fácil perderlos y mucho más complejo recuperarlos”, enfatizó Tomas. Tiene muy claro que “cuando un país como la Argentina se retira, deja un espacio vacío; existe otro que está pujando para ocupar el lugar que dejamos”.

Si en algo coinciden los representantes del sector agropecuario y quienes trabajan vinculados con la producción de commodities es que el problema no es coyuntural sino de fondo.

“No existen, actualmente, ni han existido en anteriores gobiernos, políticas para este sector, tampoco hay reglas claras y estables que nos permitan sentar las bases para el desarrollo sostenido y creciente”, indicó Tomas.

La Federación es una asociación de segundo grado integrada por 18 centros y sociedades que nuclean a más de 1.000 empresas acopiadoras de granos.

Es una entidad representativa que tiene a su cargo la prestación de todos los servicios y provisión de bienes necesarios para hacer posible la producción y el comercio de granos.

Potencialidad. Hoy el cultivo de trigo hay que verlo no sólo desde el punto de vista de la sustentabilidad ambiental sino también de la rentabilidad.

“Si alrededor del 70% del área de trigo es de trigo/soja de segunda, y es en general el segundo cultivo el que sustenta la ecuación económica, ¿este evento no debería llamarse “A todo trigo/soja”?, disparó el asesor del CREA Mar y Sierras, Jorge González Montaner.

“Muchas de las tecnologías puestas en juego para manejar la expresión del potencial en trigo, como fecha de siembra, estructura, nutrición o la elección del material definen el resultado de la soja de segunda”, aclaró Montaner, para destacar que la rentabilidad está dada hoy en la asociación de ambos cultivos.

El técnico destacó los siete aspectos que deben considerarse para achicar la brecha entre rendimientos reales y potenciales en trigo. Las fechas de siembra tempranas han sido adoptadas para maximizar las relaciones entre radiación y temperatura, pero la razón principal radica en el adelantamiento de la fecha de siembra de soja de segunda.

Montaner destacó que el agua es uno de los principales limitantes de rendimiento y que otros factores a tener en cuenta son el genotipo, la protección sanitaria, la nutrición, las malezas y el control de insectos.

La fertilización de trigo es una excelente alternativa para mejorar la nutrición en la rotación y mejorar la productividad de los suelos pero en la Argentina no siempre se fertiliza con la dosis adecuada.

La necesidad de que aumenten los rendimientos

El primero de los ejes tecnológicos, abordados por A Todo Trigo fue el de la brecha existente entre potencial de rendimiento y resultados reales a campo. El panel fue abierto por el Dr. Daniel Calderini, de la Universidad Austral de Chile, quien comenzó la serie de disertaciones técnicas refiriéndose a la creciente demanda mundial de alimentos y al hecho de que desde mediados del siglo XX la superficie cultivada con trigo en el mundo no ha cambiado. “Por lo cual, a la hora de dar respuestas, el camino es el incremento de los rendimientos”, dijo.

Según lo expresado por el especialista, en la actualidad, los rendimientos medios mundiales de trigo están en el orden de los 2.800 kg/ha, y sobre la base de los requerimientos de la demanda futura se estima que deberían alcanzar los 4.400 hacia el año 2025.

Una de las alternativas para incrementar los rendimientos sigue siendo la correcta elección del material genético a sembrar. Pero además debe considerarse la interacción genotipo por ambiente. Un aspecto central es la identificación de los factores que limitan el rendimiento en una zona de producción. Para ello resultan de gran utilidad los modelos de simulación, ya que permiten identificar los posibles factores limitantes del rendimiento y de esta forma delinear las estrategias para disminuir la brecha respecto del potencial.

Para segregar se necesitan reglas claras y mercados que demanden calidad

En Mar del Plata se abordó la posibilidad de que la Argentina segregue la producción de trigo por calidad. En primer término, el licenciado Rubén Cian, investigador de la Sagpya, presentó un estudio en el que se analizó las posibilidades de segregación en las cadenas de maíz y soja entre materiales transgénicos y no transgénicos. Luego comparó este trabajo con las posibilidades que tiene el trigo.

El especialista centró su análisis en dos umbrales de segregación entre organismos vivos modificados (OVM) y no OVM, 0,9% y 5% que son los que establece la UE y Asia, respectivamente. En el primer caso se evidenciaron exigencias notables en cuanto al almacenamiento, ya que requiere de una “planta exclusiva”, y en los de 5% se pueden compartir las plantas. Las inversiones rondan entre 7 y 10 M de pesos. Además, advirtió que no se requiere infraestructura adicional en transporte y servicios portuarios.

Armando Casalins, asesor técnico de la Federación de Acopiadores, analizó por qué no se segrega por calidad en la Argentina. “En todos los casos se observa que si se aumentan los rendimientos, fácilmente se equipara a la diferencia de precio, por lo que no hay incentivos en el mercado”, puntualizó. También, se refirió a los altos costos que genera para los acopiadores. Entre otras cuestiones se planteó la inestabilidad y la falta de claridad que presenta la demanda, debido a que no se solicita siempre la misma calidad.

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