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La llegada del evento “La Niña” complico al campo

El evento climático "La Niña" complicó la evolución normal de la campaña 2005/2006. Provocó lluvias tardías en enero, insuficientes para revertir la situación de sequía que se arrastraba de meses anteriores.

El evento climático "La Niña" complicó la evolución normal de la campaña 2005/2006. Provocó lluvias tardías en enero, insuficientes para revertir la situación de sequía que se arrastraba de meses anteriores.
infocampo
Por Infocampo

La campaña 2005/2006 estuvo afectada por un patrón de comportamiento sumamente irregular causado por el enfriamiento de los mares que rodean al cono Sur. El dato tiene como fuente un estudio realizado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Se produjo un avance hacia el norte de la corriente marina fría de Humboldt, en el océano Pacífico, que provocó descensos de la temperatura sobre la costa occidental de Sudamérica, impactando en el centro del océano Pacífico Ecuatorial, al punto de llegar a configurar un estado de “La Niña”.

Este fenómeno, que constituye el opuesto a “El Niño”, se encuentra asociado a la ocurrencia de lluvias por debajo de lo normal en el área agrícola del centro y este de La Argentina, Paraguay, gran parte del Brasil y el Uruguay.

Aunque el evento observado en esta temporada fue tardío y débil, sus efectos produjeron una marcha muy irregular de las lluvias.

Otra consecuencia del marcado enfriamiento del Pacífico Sur fueron las sucesivas irrupciones de aire polar que alcanzaron al área agrícola hasta casi el comienzo del verano, provocando heladas en el sur de Buenos Aires hasta mediados de diciembre.

Por su parte, la costa atlántica fue fue afectada por un avance hacia el norte de la corriente fría de Malvinas, que hizo retroceder a la corriente cálida del Brasil hasta el centro de este país, causando un enfriamiento similar al observado del lado del Pacífico.

Como consecuencia del enfriamiento de ambos océanos, las lluvias primaverales tuvieron poca continuidad y resultaron inferiores a lo normal, afectando a la actividad agropecuaria sudamericana a nivel casi continental.

De acuerdo con el informe de la entidad, la región Amazónica del Brasil recibió en promedio 50% de las precipitaciones normales para la época, poniendo en marcha un mecanismo de sequía de dimensiones continentales, ya que gran parte de la humedad que produce lluvias en Sudamérica proviene de la evaporación que tiene lugar en esta importante región.

A raíz de esto, la mayor parte del Brasil y Uruguay observaron entre 25 y 50% menos de lluvia que lo normal.

Un intenso foco de sequía se ubicó sobre el sur de Bolivia, la mayor parte del Paraguay, el noroeste argentino, la región del Chaco, el norte de la Mesopotamia y el norte de la región pampeana, provocando un descenso de las reservas hídricas, y causando un fuerte impacto sobre la actividad agropecuaria.

Lluvias

La racha de lluvias de mediados de enero fue provocada por un debilitamiento temporario de “La Niña” que coincidió con un avance hacia el sur de la corriente cálida del Brasil. Esto destrabó los mecanismos de producción de lluvias. Luego, “La Niña” volvió a fortificarse.

El evento climático "La Niña" complicó la evolución normal de la campaña 2005/2006. Provocó lluvias tardías en enero, insuficientes para revertir la situación de sequía que se arrastraba de meses anteriores.
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Por Infocampo

La campaña 2005/2006 estuvo afectada por un patrón de comportamiento sumamente irregular causado por el enfriamiento de los mares que rodean al cono Sur. El dato tiene como fuente un estudio realizado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Se produjo un avance hacia el norte de la corriente marina fría de Humboldt, en el océano Pacífico, que provocó descensos de la temperatura sobre la costa occidental de Sudamérica, impactando en el centro del océano Pacífico Ecuatorial, al punto de llegar a configurar un estado de “La Niña”.

Este fenómeno, que constituye el opuesto a “El Niño”, se encuentra asociado a la ocurrencia de lluvias por debajo de lo normal en el área agrícola del centro y este de La Argentina, Paraguay, gran parte del Brasil y el Uruguay.

Aunque el evento observado en esta temporada fue tardío y débil, sus efectos produjeron una marcha muy irregular de las lluvias.

Otra consecuencia del marcado enfriamiento del Pacífico Sur fueron las sucesivas irrupciones de aire polar que alcanzaron al área agrícola hasta casi el comienzo del verano, provocando heladas en el sur de Buenos Aires hasta mediados de diciembre.

Por su parte, la costa atlántica fue fue afectada por un avance hacia el norte de la corriente fría de Malvinas, que hizo retroceder a la corriente cálida del Brasil hasta el centro de este país, causando un enfriamiento similar al observado del lado del Pacífico.

Como consecuencia del enfriamiento de ambos océanos, las lluvias primaverales tuvieron poca continuidad y resultaron inferiores a lo normal, afectando a la actividad agropecuaria sudamericana a nivel casi continental.

De acuerdo con el informe de la entidad, la región Amazónica del Brasil recibió en promedio 50% de las precipitaciones normales para la época, poniendo en marcha un mecanismo de sequía de dimensiones continentales, ya que gran parte de la humedad que produce lluvias en Sudamérica proviene de la evaporación que tiene lugar en esta importante región.

A raíz de esto, la mayor parte del Brasil y Uruguay observaron entre 25 y 50% menos de lluvia que lo normal.

Un intenso foco de sequía se ubicó sobre el sur de Bolivia, la mayor parte del Paraguay, el noroeste argentino, la región del Chaco, el norte de la Mesopotamia y el norte de la región pampeana, provocando un descenso de las reservas hídricas, y causando un fuerte impacto sobre la actividad agropecuaria.

Lluvias

La racha de lluvias de mediados de enero fue provocada por un debilitamiento temporario de “La Niña” que coincidió con un avance hacia el sur de la corriente cálida del Brasil. Esto destrabó los mecanismos de producción de lluvias. Luego, “La Niña” volvió a fortificarse.

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