Sergio Massa, el precandidato a presidente del Frente Renovador, celebró anoche el tercer lugar conseguido en la elección, luego de que su espacio venciera en la interna al de José Manuel de la Sota y de que UNA, la alianza de ambos, superara el 20% de los votos según los datos oficiales escrutados al cierre de esta edición, y se ubicara detrás del Frente para la Victoria y de Cambiemos.
Entusiasmo quizás haya sido la palabra que mejor definió durante todo el domingo al círculo que rodea a Massa. Desde temprano, antes que cierren los comicios, las expectativas en el búnker instalado en Rincón de Milberg eran altas y se sustentaban en los datos que habían arrojado las encuestas de las últimas semanas, con Massa en ascenso y acercándose a Macri en la intención de voto. Los primeros boca de urna propios parecieron reflejar esa tendencia, con el diputado nacional a seis puntos del líder del PRO, y con UNA, el frente que compartió con José Manuel de la Sota en las PASO, a menos de cinco puntos de Cambiemos, el espacio integrado por Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Pero además, marcaban una buena elección de Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires, peleando con María Eugenia Vidal, del PRO, el segundo puesto.
A medida que fue transcurriendo la tarde, aun mesurados por la tardía carga de datos oficiales, los dirigentes massistas se fueron envalentonando. Facundo Moyano, precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, fue contundente al decir que “la gente desmintió en los hechos la polarización que no existe”, en relación a que la disputa electoral sólo se iba a concentrar entre Scioli y Macri.
Poco después, ya con parte del búnker inundado por las inclemencias climáticas, Roberto Lavagna, el principal referente económico del espacio, resaltó que “resistimos todas las presiones” y que “lo importante es que el Frente Renovador está listo para lo que viene”. Alrededor de las 22.30 fue Gustavo Sáenz, el candidato a vicepresidente, quien se animó a decir que “vamos a estar en el ballottage con Scioli” y, en línea con Moyano, celebró que “hemos roto la polarización”. Cerca de las 23, cuando se publicaron los primeros datos oficiales, UNA apareció tercero con un 23%, aunque De la Sota sorpresivamente se imponía sobre Massa en la interna. Minutos después, Massa apareció por encima de su adversario político y volvió la tranquilidad al búnker. Ya casi en lunes, De la Sota reconoció la derrota y felicitó a Massa por haberse convertido en el candidato de UNA para octubre. El gobernador cordobés saliente agradeció a su provincia y a las cercanas dónde, aseguró “ganamos la elección”.
A la medianoche llegó el esperado discurso de Massa, luego de que hablara Solá, quien reconoció que el Frente Renovador se convirtió “en la tercera fuerza del país y de la provincia”, que se “rompió la polarización” y que en octubre intentará “ganar la gobernación de Buenos Aires”.
Massa retribuyó el agradecimiento de De la Sota al decir que “hemos aprendido de él muchísimo y seguiremos aprendiendo hasta octubre”. Además, insistió con que si resulta electo presidente “los argentinos no van a pagar más ese robo que es el impuesto a las Ganancias”, que trabajará por pagarle el 82% móvil a los jubilados y que terminará con los planes sociales. Lejos de aquel batacazo legislativo de 2013, las pretensiones actuales de Massa son claras. Lograr achicar la brecha con el PRO en lo que resta hacia el 25 de octubre y tratar de llegar a un ballottage que ayer, al menos, parecía más viable para sus dirigentes que hace dos o tres meses.