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Oportunistas al acecho

El cierre de las exportaciones cárnicas generó la pérdida de unos u$s 400 M, la destrucción de la relación entre la oferta y la demanda doméstica, y a nivel local está contribuyendo a que algunos especulen con la caída de los precios.

El cierre de las exportaciones cárnicas generó la pérdida de unos u$s 400 M, la destrucción de la relación entre la oferta y la demanda doméstica, y a nivel local está contribuyendo a que algunos especulen con la caída de los precios.
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Por Infocampo

En el agro, veo un mercado de las carnes muy complicado, diría destruida la relación entre oferta y demanda, en el sentido que muy pocos frigoríficos están comprando. El consumo en esta época del año tampoco llega a absorber la oferta que hay, y además hay limitaciones de prohibición de exportaciones en algunas categorías muy específicas que no van para el consumo interno. Por otra parte, el productor tiene una necesidad urgente de sacarlas por la entrada del invierno.

Dentro de esta categoría encontramos la vaca vieja, la vaca de desecho, aquella que no se consume en el mercado interno y que se vende enlatada o termoprocesada al exterior. También tenemos un novillo pesado -que pesa más de 500 kilos y necesita salir, alimentado prácticamente todo a campo- que tampoco es consumido en sus cortes traseros (sí parte del asado). Esta situación afecta a los productores de Córdoba, Santa Fe, Chaco, Formosa, Corrientes, Entre Ríos y algo de Buenos Aires.

También estamos viendo un proceso que se agrava por una intensa sequía en La Pampa, el sur de Buenos Aires, muchas zonas de Corrientes, Entre Ríos, Chaco y Formosa. Todo esto genera una oferta mucho mayor que la demanda y los precios son muy bajos. Esto está generando una distorsión muy grande del mercado y pérdidas al productor.

La solución, no obstante, es medianamente fácil: la reapertura de esos rubros de exportación, que no van a tener incidencia en el mercado interno y van a posibilitar una mayor demanda de hacienda. Creo que estos dos meses de parate de las exportaciones le agregaron al mercado las toneladas que el año pasado faltaron, por lo que perfectamente podemos abastecer al mercado interno y la exportación, sin mayores diferencias en el precio del consumidor.

El Gobierno, en tanto, está viendo un mercado con problemas y está buscando algún tipo de apertura, pero debe ser mucho más rápida que el ritmo que se le ha impuesto. Esto es lo que tendríamos que lograr que el Gobierno haga. De lo contrario, muchos productores van a abarrotar las plazas con hacienda, para hacerse de la mejor rentabilidad que ofrece la soja o el girasol. Entonces, aquellas zonas mixtas van a terminar yéndose a la producción agrícola, después de haber hecho un esfuerzo enorme para transitar el largo ciclo de la ganadería.

Por otra parte, esta situación ya generó un daño comprobable en cuanto al ingreso de divisas del país, si se tiene en cuenta que son cerca de u$s 400 M de exportación que dejaron de ingresar. A esto hay que sumarle los daños internos, con bajas importantes en los precios por kilo.

En este sentido, el problema es que con el derrumbe de precios en animales de exportación hay quienes están haciendo algún tipo de especulación, para el día que se abran los envíos. Esto también marca bien a las claras que la solución es la apertura de las exportaciones.

La modificación del peso mínimo de faena también tendría un efecto importante en cuanto a la imagen de la voluntad del Gobierno de solucionar el problema, pero en esta época del año no se siente el mayor impacto, que sufrimos sí en el primer semestre del año.

Yo entiendo que esta situación pudo haber servido para que algún funcionario entienda el ciclo productivo ganadero y también creo que nos está dejando un mensaje en cuanto a la matanza, el frío y la madurez de las carnes. O sea, un animal más pesado perfectamente podría tener la terneza de un animal liviano, siempre y cuando tuviese el tiempo de frío y la madurez para que la carne adquiera más calidad en este sentido.

Cuando uno exporta no hay ningún problema, pero cuando se destina al mercado interno los costos para realizar este tratamiento de frío y ganar terneza son altos. Por otra parte, hay muchos que hacen una pelota financiera con esto, con lo que van vendiendo van cobrando. Entonces, si se retiene la carne por más tiempo los matás.

Igualmente, en la Argentina hay una vocación por matar animales livianos, a diferencia del resto del mundo.

Mario Llambías. Presidente de CRA

Especial para Infocampo

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