En repetidas oportunidades hemos analizado el tema biocombustibles con un enfoque desde la producción o del usuario en cuanto a cuidados y formas de uso. Como toda energía pensada a gran escala, la producción de los mismos requiere estudios detallados a fin de cuantificar cantidades a producir, zonas óptimas y costos. Este será el enfoque que daremos hoy a este tema.
Nuestro país no sólo esta pensando en este tipo de alternativa para su uso local, sino que en días recientes se han firmado los primeros compromisos de exportación hacia Europa, que demandará en los próximos años volúmenes crecientes de este tipo de productos.
Uno de los trabajos principales presentados durante la reunión de biocombustibles en Nueva Delhi, a la cual asistimos el año pasado en representación de la Argentina, se basó en las variadas fuentes de información espacial para determinar limitaciones, alcances y potencialidades de la producción de biocombustibles a escala planetaria.
Existen una importante cantidad de satélites que fotografían la superficie de la Tierra con diferente grado de detalle, empleando diferentes espectros y técnicas.
Sobre la base del amplio historial existente se comenzó a trabajar en establecer un sistema estandarizado que permita obtener la superficie total que podría destinarse a la producción de combustibles así como su potencialidad.
Luego intervienen otros factores tanto o más importantes, como son las distancias a los centros de utilización y los accesos a dichas zonas.
Los estudios que se encuentran en etapa de ajuste integran la información recolectada luego de un enorme trabajo de compatibilización empleando modelos matemáticos que dividen a la Tierra en diferentes tipos de superficie, integrando datos sobre división política, actividad económica y su evolución a lo largo del tiempo, en la cual intervienen las modificaciones esperables debido al cambio climático planetario.
Por último, se insertan a los modelos los potenciales de producción de acuerdo con la tecnología y tendencia futura, así como la demanda y la capacidad de provisión de alimentos a una población también creciente y demandante de cantidad y calidad.
Es fundamental que todas las áreas trabajen en conjunto
Los estudios demandan a nivel de cada país un reajuste considerando toda la información disponible a nivel local. Los resultados permiten construir diferentes escenarios futuros y tomar acciones que permitan optimizar el uso de la tierra, lograr el abastecimiento de alimentos, así como de biocombustibles. Los datos sirven para la toma de decisiones en cuanto a las principales acciones a tomar en diferentes terrenos:
– Planes de riego intensivo y difusión de tecnologías que logren un uso eficiente del agua.
– Infraestructura de transporte y caminos que permita llegar a nuevas zonas de producción.
– Investigación y desarrollo de tecnologías capaces de reducir los costos de producción, así como los impactos medioambientales negativos.
Estas herramientas brindan a los decisores políticos invalorable información para la planificación de acciones de fomento y desarrollo de este tipo de actividades en las diferentes regiones del país, sistematizando y ordenando la información de manera de lograr valorar el impacto sobre el suministro energético, creación de mano de obra y otros aspectos socioeconómicos necesarios para evaluar el impacto de toda medida de fomento estatal.
Jorge Hilbert
Especial para Infocampo
