“Me sorprendieron los ajeros cuando llegaron a partir de agosto a buscar remedio para la roya”, nos cuenta uno de los máximos proveedores del agro mendocino, Roberto Tetilla. La sorpresa fue para Mendoza en general, una provincia de tradicional clima desértico que vivió este año un panorama más extraño: humedad elevada, algunos días de calor casi veraniego en pleno agosto e inesperadas nevadas tardías cuando finalizaba octubre. “Todo contribuyó a generar las condiciones insuales para esta zona que determinaron la presencia del hongo en varias plantaciones, especialmente del norte mendocino”, explicó a Infocampo el especialista más destacado que tiene el país en cuanto a producción de ajo, José Luis Burba, ingeniero que investiga en el INTA La Consulta, de San Carlos.
La producción este año está entre signos de interrogación porque productores y expertos no se ponen de acuerdo respecto de las consecuencias de la presencia de roya en Mendoza. Jorge Pandolfino, con más de 100 ha sembradas en diferentes departamentos, entiende que la disminución se da también porque desde San Juan ya vienen verificando esta enfermedad desde hace un tiempo, cosa que se remarca que las plantaciones más afectadas están en Jocolí, en Lavalle”, y arriesga que las pérdidas “pueden llegar al 30%”, cifra que Burba, en tanto, descarta “porque no es un caso grave”, aunque admitió que la gran cantidad de ajo morado puede haber incrementado la presencia del hongo “porque se torna un muy buen huésped”. Uno de los inconvenientes que presenta la producción de ajo en Mendoza es el precio cambiante que sufre el producto, especialmente en el mercado internacional. Esta situación hace que muchos productores no observen como una práctica habitual invertir en prevención con los remedios que corresponda para salvar situaciones como las que se presentaron este año con la sorpresiva presencia de roya en ciertas producciones.
Cristian Pérez Barceló
Corresponsal de Infocampo en Mendoza
