Según la última estimación oficial, cerca de 380.000 hectáreas de tierra fueron destruidas por el fuego, que arrasó el estado de Carolina del Norte.
Estos y muchos más animales perdieron la vida producto del ensañamiento del huracán Florence con Carolina del Norte y Carolina del Sur, que arrasó también con la agricultura en la región.
La industria semillera busca nuevos genotipos que sean superadores a los actuales, pero según indican investigadores, muchas veces no identifican el motivo.