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Un arquitecto de cultura de organizaciones cautivó CREA: “Para cambiar hace falta coraje”

Para Javier Bajer existen tres grandes mentiras sobre el cambio en el ámbito de las organizaciones.

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Por Infocampo

“Si quieren cambiar las conductas del personal, primero deben modificar sus creencias”, expresó Javier Bajer, arquitecto de cultura de organizaciones, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Nacional CREA 2016, que se está llevando a cabo hasta el viernes en la Rural de Palermo.

Para Bajer existen tres grandes mentiras sobre el cambio en el ámbito de las organizaciones. “No dejen que esas mentiras formen parte de sus planes de cambio cultural”, fue el principal consejo que dio a la audiencia. Las tres ideas erróneas en torno al cambio que enumeró son las siguientes:

Las personas cambian porque se lo pedimos. “Dejen de comunicar los valores y las conductas que la gente debe exhibir, esperando que eso alcance para generar conductas. Esa no es la forma en la que funcionan nuestras mentes”, expresó. “Todos sabemos que es importante para la salud tomar dos litros de agua por día. También sabemos que el brócoli es un superalimento y que las medialunas y alfajores no son tan favorables. Pero ¿cuántos de nosotros nos esforzamos por tomar dos litros diarios de agua y comer más brócoli? El mundo empresario fue engañado por la premisa de que el mero hecho de comunicar modifica conductas. Si fuera así, las empresas que tienen los carteles más grandes expresando su misión y visión serían todas adalides del cambio”. Bajer dijo que no es tan importante explicar a la gente qué se quiere que haga, sino, básicamente, por qué debería hacerlo. “No sirve que lo hagan porque uno se lo ordena. Si se quiere un cambio inspirador, hay que cambiar las creencias de fondo”. Y eso lleva a una redefinición del concepto de cultura empresarial. “La cultura no es lo que figura en la misión de la empresa, sino la suma de todas las conversaciones que se dan entre las personas. ¿De qué se habla en sus empresas cuando ustedes no están? Eso es lo que define a la cultura”.

Las personas son egocéntricas. Sólo se preocupan por ellas mismas, y por ende, lo único que les importa es ganar más plata. Eso no es necesariamente cierto en todos los casos. “Las personas buscan ser parte de algo, generar valor y desplegar su potencial”, manifestó Bajer. El dinero, señaló, tiene una cultura de motivación muy corta. “Las neurociencias están descubriendo zonas del cerebro que no reaccionan al estímulo egoísta de salvarse uno mismo”.  Según el enfoque de Bajer, la clave pasa por dejar de usar premios y castigos para manejar a las personas, “pues esto sólo crea culturas que se miran el ombligo, islas de poder y un pobre compromiso. Comiencen a combinar la rentabilidad con el propósito de la gente, haciendo que su negocio sea  agregar valor a la sociedad, de tal forma que su gente esté orgullosa de ello”.

El cambio cultural lleva mucho tiempo. “Esta es la excusa más grande del mundo.  Lo que frena el cambio es la falta de coraje y no la falta de tiempo. Empiecen a generar conversaciones dentro de la organización, donde los equipos puedan resolver miedos, agendas ocultas y juegos de poder”, expresó el disertante.  El tiempo en sí mismo, lejos de promover el cambio, acentúa las características de las personas. “Si lo vemos desde la psicología evolutiva, el tiempo nos ayuda a validar nuestras creencias, que es lo opuesto del cambio”, concluyó.

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