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Un planteo eficiente que privilegia el poco espacio

En cuarenta hectáreas, Mario Bargana tiene un criadero de carpinchos para carne y cuero. Un hotel de animales para feedlots y siembra trigo y soja.

En cuarenta hectáreas, Mario Bargana tiene un criadero de carpinchos para carne y cuero. Un hotel de animales para feedlots y siembra trigo y soja.
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Por Infocampo

Colonia Crespo, está cerca de Paraná, Entre Ríos. Allí está Don Mario, el establecimiento de Mario Bargana, contador público que dejó su empleo para dedicarse a la producción agropecuaria convencido de que es posible tener una explotación rentable en un espacio reducido. “Se puede”, afirma una y otra vez.

Para la cría intensiva de carpinchos en cautiverio, destina 15 hectáreas donde viven 400 animales para la obtención de carne, cuero y grasa. “Es un sistema de trabajo que requiere de una atención especial porque aún no existe en la actividad el mejoramiento genético para la especie y algunos de ellos llegan aquí directamente de la vida silvestre y por lo tanto la sanidad es uno de los aspectos fundamentales”, comenta Bargana.

“Requiere una fuerte inversión en infraestructura, están separados en corrales según las etapas de crecimiento y cuanto mejores son las condiciones de vida que les brindás, mayor es la respuesta de estos roedores”, explicó.

Las pariciones son de entre cinco y seis crías. Tienen canales de reproducción y engorde, a los 45 días del nacimiento se destetan y desde este momento son alimentados hasta que alcanzan un peso de entre 35 y 40 kilogramos; en doce o trece meses están listos para la faena. “Cada uno rinde entre 48 y 50% del peso vivo. Obtenemos entre 10 y 12 kilos de carne de calidad”, referenció el productor.

Son herbívoros de una gran mansedumbre que consumen principalmente gramíneas. “Sembramos pasturas para las raciones que les damos al atardecer porque comen por la noche”, comentó.

La comercialización de la carne es directa en restaurantes y hoteles cinco estrellas en Capital Federal. “Cotiza entre 25 y 45 pesos el kilo según la calidad del corte”, dice Bargana. El cuero, en tanto, es el producto más difundido y se vende a fábricas de indumentaria. La grasa, es requerida para la elaboración de cosméticos, pero es subproducto no muy desarrollado.

Al costado izquierdo de la entrada de Don Mario funciona un hotel de animales, son 10 hectáreas en la parte baja de la loma que ondula este campo. Allí Mario Bargana construyó las instalaciones para el funcionamiento de un feedlot. “Es un ala importante de este planteo productivo y que nos genera uno de los mayores ingresos e forma fija, lo que nos permite sostener las otras actividades”, dice. “Nosotros les proveemos como servicio, las instalaciones, que comprenden los corrales y los comederos, el alimento que es a base de balanceado y los gastos de vacunas y medicamentos. Además del personal para la atención de los animales”, explicó.

En el resto de las hectáreas disponibles, el campo se destina a la agricultura. Hacen trigo y soja en siembra directa. “De esta manera combinamos las actividades para tener una explotación rentable. Y se puede”, reitera, mientras deja en el aire un mensaje de optimismo acerca de cómo es posible trabajar eficientemente con una cantidad reducida de hectáreas.

Por Verónica Puig

Redactora de Infocampo

vpuig@infobae.com

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