La detección de tres nuevos casos de aftosa en el municipio brasileño de El Dorado, más otros tres pendientes de confirmación en Japorá (todos en Mato Grosso do Sul) hizo desistir al presidente brasileño, Lula da Silva, de interceder ante el primer mandatario ruso, Vladimir Putin, para que levante la suspensión de importaciones cárnicas brasileñas. Lula, de visita en Moscú, prefirió cosechar éxitos y no empañar el rédito político de su visita.
Rusia es el más importante de los 30 mercados que se cerraron a las importaciones de carne brasileñas. Directivos de la Confederación Nacional de Agricultura (CNA) de Brasil, estiman que las pérdidas causadas por la aftosa este año serán superiores a u$s 1.500 M.
Las demostraciones se realizaron luego de que los precios de las carnes locales cayeran por debajo del costo de producción, mientras que las importaciones brasileñas en esas dos regiones aumentaron 70% (llegando a 34.000 t) en lo que va del año.
John Kinnaird, presidente de la Unión de Granjeros Británicos, señaló con enojo que las carnes brasileñas se producen a costos insignificantes, mientras que las carnes británicas tienen un costo de 9,5 euros por kilo.
Sebastián Masana |
