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¡Una más… y no jugamos más!

Campos posee un biotipo afín al Presidente: un humor cambiante, un estilo que privilegia la confrontación, una fe ciega en su capacidad, y un desapego por la opinión de los demás.

Campos posee un biotipo afín al Presidente: un humor cambiante, un estilo que privilegia la confrontación, una fe ciega en su capacidad, y un desapego por la opinión de los demás.
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Por Infocampo

Con la destitución del ministro de Economía, Roberto Lavagna, el presidente Néstor Kirchner decidió dar un claro, duro y contundente mensaje a propios y extraños: “A partir de ahora, el único que manda soy yo”. Y todos entendieron.

Las crónicas periodísticas del martes, al analizar el futuro gabinete, no hicieron una sola mención al futuro del secretario de Agricultura. Miguel Campos, por esas horas, puso su renuncia a disposición de Felisa Miceli, y soportó operaciones de todo tipo destinadas a desplazarlo de su sillón de Paseo Colón al 900. Curioso, porque sin ser “pingüino” puro, Campos sí posee un biotipo afín al Presidente: un humor cambiante, un estilo que privilegia la confrontación, una fe ciega en su capacidad, y un desapego por la opinión de los demás. “Los cambios me los pidió el Presidente”, intentó convencer para desplazar a los tres subsecretarios que lo secundan. Sólo habría logrado uno: Claudio Sabsay dejó su lugar. En cambio, Gerardo Nieto (el subsecretario de Pesca) y Javier de Urquiza (subsecretario de Agricultura) hicieron pesar su historial “K”. Más allá de los nombres, importa la política. Y allí el sector no espera grandes cambios. Más bien, la profundización del actual rumbo. Los dirigentes que la conocieron en el Nación le reconocen tres características: una buena profesional; alguien que siempre buscó soluciones, y un perfil ultra bajo. Campos ya tomó nota de esto. Y tendrá también la tarea de deshacer la sensación de provisoriedad que parece rodear esta etapa de su gestión. Y para ello nada mejor que avanzar en la resolución de los temas pendientes. Entre ellos, la cuestión de regalías no será menor. Habrá una reunión en Estados Unidos a mediados de diciembre para resolver, seguramente, un curso de acción menos contemplativo.

“Vos te quedás”, le habría dicho rotundamente Miceli. Y la explicación está en el seguimiento del Índice de Precios al Consumidor. Una batalla que ya lo esmeriló y puede llegar a ser su Waterloo.

Daniel Díaz

ddiaz@infocampo.com.ar

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