El titular del bloque de senadores kirchneristas, Miguel Ángel Pichetto, fue el encargado de abrir la sesión, que desde el inicio exhibió la imposibilidad de lograr un acuerdo definitivo en torno del proyecto a pesar de las múltiples reuniones de los últimos días.
Por lo tanto, los senadores resolvieron avanzar hacia la aprobación en general y dejar la discusión en particular de la norma para la sesión de la semana próxima.
Durante el debate, que se extendió por varias horas de la tarde y noche, pidieron la palabra 22 oradores, quienes coincidieron en elogiar la necesidad de una norma que regule una protección adecuada a la zona boscosa nacional que todavía sobrevive a la expansión de las fronteras agropecuarias, en particular al calor del fuerte desarrollo de los cultivos de soja.
El proyecto prohíbe la tala indiscriminada de bosques nativos y los desmontes, fija presupuestos mínimos para su protección y establece un plazo máximo de un año para que cada provincia realice un ordenamiento de sustentabilidad de los bosques en distintas categorías de conservación.
La iniciativa tiene como objetivos garantizar el aprovechamiento sustentable de los bosques nativos y mantener la actual superficie de bosques nativos, al tiempo que adopta medidas para poder incrementarla.
El proyecto de Diputados establecía que la autorización de desmonte o de aprovechamiento sustentable sería otorgada por la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, pero fue criticado por varias provincias, principalmente del norte del país, con el argumento de que viola su autonomía al imponer criterios de protección ambiental que son de su potestad.
El proyecto establece las medidas que promueven el acceso a la información de los pueblos indígenas, originarios de las comunidades campesinas y otras relacionadas, sobre las autorizaciones que se otorguen para los desmontes.
El titular del radicalismo y senador por Jujuy, Gerardo Morales, anticipó el voto positivo de su bloque a la norma en general, pero reconoció que no se alcanzó el acuerdo definitivo.
Morales sostuvo que era partidario de prohibir totalmente el desmonte de los bosques, mientras se realiza un estudio para llegar a un ordenamiento territorial del uso de las tierras provinciales, y sostuvo que la Nación debía destinar montos, que podrían llegar a 600 millones de pesos (el equivalente al 2 por ciento de las retenciones agropecuarias), para compensar a los propietarios.
El legislador norteño dijo que “los que levantan plata con la pala con la producción de soja deben realizar aportes para compensar a los que preservan la calidad de vida manteniendo los bosques nativos y la biodiversidad”.
El senador justicialista de Jujuy, Guillermo Jenefes, dio su apoyo en general, pero criticó el proyecto aprobado por Diputados porque “excede lo dispuesto por la Constitución e invade la esfera de las autonomías de las provincias”.
Por su parte, la oficialista formoseña Adriana Bortolozzi adelantó su voto negativo, porque interpretó que la iniciativa con media sanción de Diputados “no respeta el poder de mi provincia y entonces yo no apoyo la ley”.
También, expresaron sus disidencias parciales la radical chaqueña Alicia Mastandrea, el misionero y futuro gobernador Maurice Closs, los salteños Ricardo Gómez Diez y Sonia Escudero, el juecista cordobés Carlos Rossi y el peronista disidente puntano Adolfo Rodríguez Saá.
Pichetto destacó el apoyo del gobierno nacional al proyecto ambiental, con eje en la fijación de “una moratoria sin restricciones” y afirmó que “es un logro del Senado el pedir una compensación por los servicios ambientales que prestan al preservar la naturaleza”.
El socialista santafesino Rubén Giustiniani respaldó el proyecto de protección y recordó que “desde 2004 a la actualidad, la Argentina deforestó un millón de hectáreas, y mientras que en 1914 el 34 por ciento del territorio argentino estaba ocupado por bosques naturales, en 1987 sólo llegaba al 14 por ciento”.
El senador agregó que la tasa de deforestación de la Argentina resulta seis veces más alta que el promedio mundial y opinó que “un país monoproductor de soja no es un país sustentable”.(Télam)
