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Golpe de suerte: yacimientos de Dakota convierten a productores agropecuarios en petroleros

John Bartelson puede parecer un típico granjero que cultiva trigo. No lo es. Pero todos los meses recibe un cheque por decenas de miles de dólares de una compañía en Houston llamada EOG Resources Inc., que perforó dos pozos petrolíferos en los terrenos de Bartelson.

John Bartelson puede parecer un típico granjero que cultiva trigo. No lo es. Pero todos los meses recibe un cheque por decenas de miles de dólares de una compañía en Houston llamada EOG Resources Inc., que perforó dos pozos petrolíferos en los terrenos de Bartelson.
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Por Infocampo

John Bartelson, quien fuma Marlboro Lights entre dedos ennegrecidos por la grasa de tractor, puede parecer un típico granjero que cultiva trigo. No lo es. Es uno de los nuevos barones del petróleo de Dakota del Norte.

Todos los meses, recibe un cheque por decenas de miles de dólares de una compañía en Houston llamada EOG Resources Inc., que perforó dos pozos petrolíferos en los terrenos de Bartelson. Él dice que el día en que llegó su primer cheque de regalías fue memorable.

“Sonreí a más no poder y fui al pueblo a tomar una cerveza’, dice Bartelson, de 65 años.

Su nueva fortuna deriva de la formación Bakken, un vasto depósito de crudo de alta calidad que yace bajo los campos de trigo duro de los estados de Dakota del Norte y Montana y en el sur de la provincia canadiense de Saskatchewan, como también en la de Manitoba. Bakken puede darle a Estados Unidos –el mayor importador mundial de petróleo– una nueva fuente nacional de energía.

A diferencia del alquitrán de los arenales petrolíferos de Canadá, el crudo de Bakken necesita poca refinación. Es ligero (casi como gasolina) y dulce, lo cual significa que es bajo en azufre.

Lo mejor de todo es que Bakken podría ser enorme. La Oficina Geológica de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés) calculó en el 2000 que Bakken podría tener 413.000 millones de barriles. Si así fuera, eclipsaría el yacimiento Ghawar de Arabia Saudita, el más grande del mundo, el cual ha producido alrededor de 55.000 millones de barriles.

Lo difícil es extraer el petróleo. El crudo de Bakken está encerrado a 2 millas (3,2 kilómetros) bajo tierra en una capa de dolomita, un mineral denso que no cede el petróleo de la manera en que lo hace la piedra caliza, más porosa. La banda de dolomita es también angosta, con un promedio de apenas 22 pies (7 metros) en Dakota del Norte.

La USGS dijo en abril que Bakken tiene hasta 4300 millones de barriles que pueden recuperarse con las técnicas de ingeniería actuales. Esto es una fracción del petróleo que según Price debe de haber allí, pero es aun así la mayor acumulación de crudo en los 48 estados contiguos de Estados Unidos. Dakota del Norte, donde es más intensa la exploración de Bakken ahora, no se convertirá en otra Arabia Saudita a menos que la tecnología mejore.

Por años, Bakken fue la pirita, u oro de los tontos, del sector petrolero. El nombre describe una formación geológica que parece una galleta Oreo: dos capas de esquisto negro que segregan petróleo hacia la capa intermedia de dolomita. La formación ha sido bautizada en homenaje de Henry O. Bakken, el granjero de Dakota del Norte que tenía tierra donde la primera perforadora reveló las capas de esquisto en la década de 1950.

Todas las capas son delgadas –en total, unos 150 pies (45 metros)– y ninguna de ellas cede el petróleo con facilidad. En pozos más viejos y verticales, el petróleo con frecuencia fluía por un mes y luego raleaba.

En la actualidad, compañías como EOG perforan horizontalmente. Van directamente hacia una profundidad de 10.000 pies (3000 metros) y luego imparten un ligero ángulo al motor de lodo, una pieza de entubado de 30 pies (9 metros) que dirige el taladro, por lo que golpean lateralmente la formación Bakken, para hacer un túnel horizontal de hasta 4500 pies (1400 metros) de largo a través de la dolomita. Luego inyectan agua y arena a presión en el hoyo para fracturar la dolomita, creando grietas para que el petróleo se filtre por ellas.

Al cabo, el petróleo termina en un oleoducto que va hacia el este en dirección a Clearbrook, estado de Minnesota, y luego al sur hasta Chicago.

Hay varios multimillonarios trabajando en el Bakken. Continental Resources Inc. de Harold Hamm, con sede en Enid, estado de Oklahoma, tiene arrendadas 487.000 acres (197.000 hectáreas) en Montana y Dakota del Norte. Hamm, quien comenzó conduciendo un camión, tiene el 73% de Continental, participación valorada en 7900 millones de dólares. Philip Anschutz, de 68 años, fundador de Qwest Communications International Inc. y de Regal Entertainment Group, también está allí.

Quien mejor ha salido hasta el momento ha sido EOG, anteriormente una filial de la quebrada operadora de energía Enron Corp. EOG perforó un pozo horizontal en el oeste del Dakota del Norte, al norte de Parshall –de una población de 1028 habitantes– en abril del 2006. El pozo comenzó a producir un mes después y de él se extrajeron 1883 barriles en los primeros siete días. A diferencia de otros pozos verticales, este sigue activo.

Northern Oil & Gas Inc., una empresa de cinco personas cerca de Minneápolis, gana dinero sin hacer extracciones u operar pozos. Arrienda tierras en zonas promisorias como Bakken y recibe un pago cuando otros usan la tierra para hacer extracciones.

Las otras personas a las que les va bien en Bakken son los dueños de los minerales bajo los pozos petroleros, personas como John Bartelson. Los perforadores de pozos les han pagado millones por el derecho de acceder a los depósitos de petróleo.

Los cheques de Bartelson están por aumentar. Otro pozo de EOG acaba de entrar en actividad, dice el agricultor, y otro está por fracturarse con agua. Asimismo, se ha permitido la perforación de otro. Por el momento Bartelson sigue labrando la tierra. El mercado del petróleo es volátil, dice. Colapsos anteriores del mercado alejaron las perforadoras de Dakota del Norte por años, dejando solamente el trigo.

“Se caerá de nuevo’, dice, mientras bebe un café a la tarde, parado junto a su tractor.

Tal vez. Pero con el crudo a más de u$s 125 por barril, pasará mucho tiempo antes de que las perforadoras se vayan, y es probable que John Bartelson sea un hombre rico antes de eso.

Fuente: Bloomberg

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