El secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno está obligando a representantes de molinos a comprar trigo proveniente de la provincia de Entre Ríos (tal como se estableció en el ‘acuerdo triguero entrerriano). Esto está generando que la demanda de trigo del sudeste bonaerense ‘donde se concentra la mayor parte de la producción argentina del cereal’ sea en los últimos días muy inferior a la esperable en las actuales circunstancias (que ya de por sí es bastante floja porque buena parte de la molinería está bastante comprada).
Los administradores de los molinos no quieren saber nada con el trigo entrerriano porque la calidad panadera del mismo es bastante menor a la que presentan las partidas provenientes del sudeste bonaerenses. Sin embargo, como la orden de Comercio Interior la tienen que cumplir de todas maneras, se están repartiendo ‘puchitos’ de trigo entrerriano entre muchos operadores para que la medida sea más fácil de digerir.
El hecho es que las soluciones parciales generan este tipo de sucesos: lo que puede ser muy bueno para algunos (en este caso los productores entrerriano) termina perjudicando a otros (sus pares bonaerenses).
Según fuentes del mercado consultadas por Infocampo.com.ar, otro de los inconvenientes que debe afrontar el sector molinero obligado a comprar trigo es que en muchos casos no se dispone de capacidad de almacenaje suficiente. Este problema logístico por el momento no es grave, pero si avanza el plan de compras compulsivas promovido por el gobierno sí podría transformarse en un problema.
La buena noticia ‘buena en el actual contexto, se entiende’ es que en los últimos días aparecieron ofertas de compras de trigo por parte de la exportación en el sur bonaerense.
Cargill y Toepfer ofrecieron 161 u$s/tonelada para trigo con un mínimo de 78 de ph con entrega a partir del 15 de febrero (en Necochea Cargill adquirió unas 20.000 toneladas de trigo con esas condiciones).

