Carlos Casamiquela es un hombre vinculado al Inta y a la Patagonia (dirigió la regional norte), que desde el año pasado preside el organismo. De paso por Neuquén, donde el gobierno le cedió al instituto 17 hectáreas para la construcción de un centro de tecnología para la agricultura familiar, el directivo conversó con Infocampo sobre el presente del Inta.
-“¿Cómo definiría el momento del Inta?
-Hay un reconocimiento de que el desarrollo de tecnología es un factor clave para aumentar en volumen y calidad la producción argentina, y en ese sentido el Inta ha venido recuperando un espacio de liderazgo. Una de las demostraciones de ello es la asignación presupuestaria. El proyecto que está en el Congreso prevé que el Inta cuente con $1.280 millones y eso es coherente con lo que ha venido pasando. Desde 2004 hasta ahora, el Gobierno incrementó el presupuesto del Inta en 660%, lo cual permitió por lo menos dos cosas, primero reinvertir en laboratorios y equipamiento instrumental de última generación para la biotecnología, que nos acerca más a la frontera del conocimiento y por otra parte, duplicar la planta de personal, lo cual nos permite atender desde el Programa Prohuerta, de altísimo impacto en los sectores más vulnerables de la sociedad, hasta el desarrollo de genética, la biotecnología y la obtención de semillas nuevas para el arroz, por ejemplo.
-“¿Cuáles son los ejes de trabajo?
-Hay tres lineamientos estratégicos que son la competitividad del sector, el sostenimiento de la producción y la inclusión social en los procesos de desarrollo. A partir de estos ejes, últimamente se ha fortalecido la intervención en el área de la agricultura familiar y la cuestión del agregado de valor, tanto en lo que es la economía pampeana como en las extrapampeanas. Pero no solamente el agregado de valor en forma genérica, sino esencialmente en origen, porque genera un desarrollo secundario social en esas regiones.
-“¿Cómo se está concretando esto último desde el Inta?
-Ya se está haciendo en economías regionales y en la misma pampeana. Hoy ya tenemos productores asociados para moler la soja y obtener aceite por extrusión en el mismo lugar de producción, es decir, antes de llegar al puerto, lo que implica radicación de gente, de técnicos, pero fundamentalmente de instalación de agroindustria, ahí donde creemos que debe estar. La visión es que en muchos lugares la Argentina debería dejar de ser solamente un oferente de productos primarios para transformarse en productor de alimentos.
-“¿Cuáles diría que han sido los principales logros del Inta en estos últimos años?
-Esto es difícil de contestar porque la presencia del Inta en todo el país genera logros muy disímiles. De todas maneras hay un camino que desarrolla el Inta, que es el acompañamiento de los procesos de transferencia de tecnología que van junto con los comerciales. Por ejemplo, en la transferencia de alta tecnología de maquinaria hacia el exterior. Ese es un logro institucional para destacar. Pero también el Inta está “exportando” el modelo de Prohuerta a media docena de países, entre ellos Haití, tras la catástrofe sufrida por el terremoto.
Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario

