Un proyecto para avanzar en la pesificación de la economía argentina se encuentra, en su etapa preliminar, rondando por los despachos oficiales. Dicho plan, impulsado por el viceministro de Economía, Axel Kicillof, pero rechazado por el Gobierno, llegó a manos de la presidenta Cristina Fernández, pero aún no fue evaluado.
Según informa El Cronista, la presidenta no hará ningún cambio antes del 3 de agosto, cuando el Gobierno tiene que pagar 2.300 millones de dólares del último tramo del Boden 2012.
El plan que el Gobierno tiene bajo estudio implica seguir una metodología similar a la que se utilizó con YPF: redactar un decreto armado, y luego girar el proyecto cerrado al Congreso. El proyecto incluye la pesificación de todos los contratos comerciales y financieros, y abolir los últimos artículos que subsisten de la ley de convertibilidad (en particular el que prohíbe la indexación).
A pesar de una oposición generalizada, algunos funcionarios se manifestaron públicamente a favor de una pesificación de la economía, entre ellos el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el senador nacional Aníbal Fernández; el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y los diputados Carlos Kunkel y Roberto Felletti.
Los principales lineamentos del proyecto cuyo diseño legal está a cargo de la secretaría Legal y Técnica de la Nación son: la prohibición de realizar transacciones comerciales y financieras en cualquier moneda extranjera; se derogarían los artículos de la ley de convertibilidad que no permitan la actualización de los balances de las empresas ni la indexación de contratos en pesos. Esto último a fin de tentar al público a ahorrar en moneda nacional; no se tocarán los depósitos en dólares en los bancos. Hoy hay unos 11.500 millones en depósitos en moneda estadounidense en el sistema financiero; respecto a la deuda en dólares, el plan contempla la posibilidad de pagar los vencimientos de capitales e intereses al tipo de cambio oficial del día que corresponda.
