Antonio Uset, técnico del Inta Montecarlo, se refirió al alto aporte nutritivo como el principal beneficio de la implementación de la mandioca como alternativa forrajera.
“La gran ventaja de este cultivo es el alto contenido proteico de sus hojas y el gran aporte energético de sus raíces. Esto lo posiciona como un recurso muy valioso en la alimentación de rumiantes y monogástricos como cerdos, aves y peces”.
A pesar de los grandes beneficios nutricionales de las hojas, los productores utilizan sólo las raíces. “Esto sucede porque desconocen su aporte proteico, lo que provoca grandes desperdicios de materia seca, al tiempo que gastan dinero en suplementos como la alfalfa”, explicó Uset.
Desde el Inta fomentamos que comprendan que “tienen al alcance de la mano un cultivo que posee todo lo que necesitan para alimentar a sus animales, sin la necesidad de gastar dinero extra”.
En referencia a la respuesta de los animales, el técnico la consideró “positiva” ya que sólo se requiere una adaptación de hasta una semana de la flora intestinal en aquellos animales acostumbrados a un pastoreo de gramíneas.
Asimismo, este manejo permite que mantengan su condición corporal y su productividad tanto de carne como de leche en una época invernal en las que las ganancias de peso sobre pasturas naturales suelen ser nulas o negativas.
En Misiones, la mandioca ocupa 25.000 hectáreas y constituye un cultivo de gran valor comercial destinado al consumo humano y animal.
Según publicó AIM digital, hay ciertas variedades de mandioca que poseen ácido cianhídrico, una sustancia que, en grandes cantidades, puede resultar tóxica para los animales, en especial si se la suministra cruda.
Para eliminar la presencia de este ácido parcial o totalmente, los especialistas recomiendan procesarla mediante la deshidratación artificial –con temperaturas superiores a los 40º o mediante la radiación solar– o la cocción en agua.
Asimismo, también sugieren la realización de henos y silaje mezclado con maíz, caña de azúcar y pasto elefante.

