Los bosques contribuyen directamente a la reducción del hambre y la pobreza extrema y garantizan el sostenimiento del medio ambiente, concluyó un grupo de expertos forestales, reunidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Precisamente, estos son dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, estipulados por la organización alimentaria, y reconocidos en 2002 en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible.
En concreto, “los productos forestales pueden contribuir directamente al objetivo de reducir la pobreza y el hambre, porque son fuente de ingresos, trabajos y bienes de consumo para las familias pobres”, afirmó David Kaimowitz, director general del Centro para la Investigación Forestal Internacional.
Según los expertos, unas 240 millones de personas que viven en zonas forestales de los países en desarrollo “dependen de la protección y, en muchos casos, de la rehabilitación de esos bosques”.
Es más, las actividades agrícolas de los países más pobres también se ven beneficiadas por el papel de los bosques “en la productividad del terreno, en el fomento de la producción animal y de cultivos y en la provisión de recursos genéticos”, agregaron.
A su vez, es “el sector de la industria forestal es clave para la economía mundial”, recordó Kaimowitz, quien cuantificó que esta actividad representa el 3 por ciento del comercio global y el 1 por ciento de las inversiones de capital directo.
El grupo de expertos consultados por la FAO también reconoció que los bosques contribuyen al sostenimiento del medio ambiente, al facilitar una gama de servicios ambientales y suministrar productos madereros y no madereros renovables, “de los cuales no hay muchos sustitutos que sean renovables o no perjudiciales para el ambiente”.
Entre las funciones beneficiosas para el medio ambiente, los especialistas enumeraron la mitigación de los cambios climáticos, la conservación de la diversidad biológica, el mantenimiento de recursos hídricos limpios y fiables, el fomento y la continuidad de la productividad del terreno, la protección de los recursos costeros y marítimos y la mejora de los ambientes urbanos.
Finalmente, los expertos recomendaron a la FAO que se incremente “la visibilidad del sector forestal en los documentos estratégicos de reducción de la pobreza y, en esta línea, es de esperar que la próxima reunión Ministerial sobre Bosques, que se celebrará en Roma en marzo próximo, contribuya a sensibilizar a la opinión pública internacional sobre la relación entre la forestación y el hambre mundial.
Marianela Garbini
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