El ministro de Agricultura brasileño, Reinhold Stephanes, consideró “no conveniente” promover la demanda, debido a que “estamos en una negociación que viene de años y es muy compleja”, según la agencia italiana de noticias ANSA.
El mes pasado la UE anunció la suspensión provisoria de sus compras de carnes a Brasil, tras rechazar la lista de 2.681 fincas que las autoridades brasileñas afirmaron estar en condiciones de controlar para evitar contagio de aftosa.
De ese total, la UE sólo había aprobado 300 estancias brasileñas y en la actualidad el estado brasileño elabora una lista ampliada de 600 establecimientos rurales. En tanto, Stephanes descartó hoy que Brasil sufra problemas sanitarios serios y reiteró que las restricciones europeas son producto de “cuestiones comerciales”.
Según el funcionario brasileño, las conversaciones con la UE “pueden demorar 3, 4, 6 meses, hasta un año”, aunque espera que se arribe a una “solución satisfactoria”. La decisión europea fue adoptada luego de que técnicos de ese bloque económico visitaran Brasil en 2007 y advirtieran de los problemas de rastreabilidad (seguimiento) del ganado.
Entonces recomendaron que las reses permanezcan varios meses en cuarentena en una zona fijada por los europeos, antes de ser exportado, debido a los brotes de fiebre aftosa ocurridos en algunos estados del país sudamericano. Sólo seis estados brasileños, libres de aftosa, exportan a la UE.
Rusia, uno de los principales importadores, anunció hoy la suspensión de las compras de carne al estado de Mato Grosso, centro oeste del país. Brasil es el mayor exportador de carnes del mundo y en 2007 vendió unas 2,3 millones de toneladas, por unos 4.000 millones de dólares, de los cuales 1.000 millones fueron al mercado europeo. A partir del 25 de febrero, técnicos de la Unión Europea podrán realizar auditorías aleatorias. ( Télam )